Álex Alfaro, nuevo fichaje del Fabril: «Llegué a las 7 de la mañana tras diez horas en coche, y a las 9.30 estaba entrenándome en Abegondo»

Iván Antelo A CORUÑA

CANTERA

CESAR QUIAN

Debutó con el filial ante el Vetusta al día siguiente de llegar a A Coruña

13 ene 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

El Deportivo quiere poner todos los medios para salvar la plaza del Fabril en Segunda Federación y se ha lanzado al mercado para reforzarlo. Su primer fichaje invernal es Alejandro Alfaro Cascales (Alicante, 2002), un mediocentro que hace poco más de un año debutó en Primera División con el Elche.

—¿De dónde le viene lo del fútbol?

—Pues ya desde muy pequeño. Vengo de una familia muy futbolera y juego al fútbol desde que tengo uso de razón. No es que ellos jugaran ni nada, pero sí que siempre vivieron los partidos con mucha pasión. Con 4 o 5 años empecé en el equipo de mi colegio, luego estuve una temporada en el Carolina, que es el de mi barrio, y ya en benjamines me fichó el Hércules, hasta finalizar la etapa de fútbol 8.

—Y se fue al Valencia.

—Sí, estuve cuatro años allí. Mi primera experiencia fuera de casa fue con ellos, en su residencia, y la verdad es que todo fue muy positivo.

—¿Cómo es lo de irse de casa con apenas 12 años?

—Es complicado, sobre todo la primera temporada, porque dejas atrás a tus padres y a tus mejores amigos. Pero al final las ganas y la ambición de querer jugar al fútbol fue lo que hicieron que tomara la decisión de salir siendo tan pequeño. De aquella etapa, ahora hay varios jugadores que están ahí asomando en el primer equipo como Fran Pérez.

—En el Valencia conoció a alguien que ahora le resultará familiar en el Fabril.

—Sí, allí también estaba Brais Val. De hecho, hablé con él cuando salir la oportunidad de venirme al Dépor, incluso antes de firmar, y me comentó un poco cómo era el club y todo lo que necesitaba saber. Es un gran compañero y fue una alegría tanto haber coincidido en el Valencia con él como ahora en el Deportivo.

—Del Valencia se fue al Elche.

—Sí, en juveniles me fui y estuve cinco años. También estuve muy contento allí e incluso tuve la fortuna de poder debutar en el primer equipo en Primera División, que al final es el sueño de cualquier niño. Siempre le estaré muy agradecido al Elche.

—¿Cómo recuerda ese momento del debut en la élite?

—No me lo esperaba. Solo con haber ido convocado ya era un sueño para mí, pero además tuve la fortuna de salir [en el minuto 76 en el Villamarín contra el Betis] y fue una gran alegría tanto para mí como para toda mi familia. Ese momento en el que estaba calentando en la banda y, de repente, me llama el míster [Francisco]; lo guardaré siempre en el recuerdo. Ahí se te pasan por la cabeza todos los momentos malos que has vivido y lo que piensas es que ha merecido la pena sufrirlos por poder disfrutar de eso.

—Sin embargo, meses después dejó el club y se fue al Alzira.

—Sí, este verano salí del Elche. Quería subir de categoría porque el Ilicitano estaba en Tercera Federación. Después de un mercado que se hizo largo, porque me habría gustado haber firmado antes por algún otro equipo, al final salió lo del Alzira, en Segunda RFEF. Creo que he hecho un buen papel estos meses, jugando mucho, y me ha servido para dar otro salto más, que en este caso es venir aquí.

—¿Cómo le surgió lo del Dépor?

—Cuando empezó el mercado, mi representante me dijo que podía haber varias opciones para cambiar de equipo, las escuché, y, valorando un poco todo, la del Dépor fue la que más me gustó, y aquí estoy.

—Y ahí es en donde ayudó Brais Val.

—Me habló él primero, porque le habían comentado la posibilidad. Me explicó cómo funcionaba todo y me dijo que estaba para todo en lo que pudiera ayudarme. Fue una alegría ver que ya me quería ayudar incluso antes de firmar aquí. Con ese detalle ya me quedó claro la familia que son aquí.

—¿Cómo fue su llegada?

—Llegué el sábado de madrugada, sobre las siete de la mañana, después de un viaje largo en coche. Por suerte vine con mis padres, porque tenía que traerme el coche para mi vida aquí. Fueron unas diez horas, llegué a las siete de la mañana y a las nueve y media estaba entrenándome en Abegondo. Descansé un poco por la tarde y el domingo ya jugué mis primeros minutos con el equipo.

—¿Cómo fueron sus primeras sensaciones?

—Yo creo que fueron buenas. Fue una lástima no haber podido ganar el partido, pero el equipo estuvo bien y yo me encontré genial, también. La filosofía de juego que vi, a mí me gustó. Al Fabril le gusta tener el balón y crear oportunidades a partir de él.

—¿Quién ejerció de anfitrión, además de Brais Val?

—No me quedo con uno solo. Lo que me llamó la atención es que el vestuario es una piña, una familia. Todos me recibieron con los brazos abiertos desde el primer momento, se interesaron por mí, y estoy muy agradecido.

—¿Qué puede aportar?

—Yo soy un mediocentro que puede ocupar mucho campo y creo que también tengo un buen trato de balón. Además, tengo un punto fuerte en el aspecto físico y se me da bien robar balones, para ayudar al equipo en la faceta defensiva.

—Ahí están Rubén y Jairo, que ya se asoman al primer equipo.

—Ver que el primer equipo echa mano del filial es una motivación extra. Ver que el club tira de la gente joven también fue un punto positivo para mí, a la hora de aceptar la oferta para venir. También el tema de las instalaciones. La ciudad deportiva de Abegondo es una pasada. Tantos campos y de hierba natural.