Regístrate gratis y recibe en tu correo las principales noticias del día

Kevin Sánchez, jugador del Fabril: «Aún no soy futbolista, pero quiero serlo»

Iván Antelo A CORUÑA

CANTERA

MARCOS MÍGUEZ

«Voy con el primer equipo como si fuera un niño; es una sensación extraña que no soy capaz de expresar con palabras, pero que me encanta», dice

22 sep 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

«La imagen de Kevin es un poco la imagen de este Fabril: ambición, trabajo y compromiso». Antes de visitar hoy (17 horas) al Pontevedra, Óscar Gilsanz describió así al referente del filial. En una conversación tranquila, Kevin Sánchez Rey (Quintanadueñas, Burgos, 2005) sorprende con toques de acento del noroeste: «Es que yo soy gallego ya». Lleva desde los 14 años en A Coruña y derrocha un amor por el blanquiazul difícilmente superable.

—Tiene antepasados en Pontedeume.

—Sí, mi abuelo es de allí.

—¿Fue ya por allí?

—Sí, fui dos veces para ver cómo era y me pareció muy bonito. Tiene las Fragas do Eume allí al lado

—¿Cómo recuerda sus inicios?

—Empecé en un equipo de barrio que se llama Inter Vista Alegre. Allí pasé unos cuantos años hasta que vino la opción de irme al Burgos, el equipo de la ciudad, y no lo dudamos. Allí hice unas buenas temporadas hasta que vino el Dépor a por mí.

—Comentan sus primeros formadores que era un niño muy preocupado por el fútbol. Que aprovechaba los viajes para aprender y analizar el juego.

—Con Borja Sandino hablaba en todos los viajes, es verdad. Yo de aquellas era el más pequeño del equipo, porque me subían al Infantil A y él me explicaba. Estoy muy agradecido de todo lo que me enseñó. Era muy buen entrenador y me ayudó mucho. Pueden decir muchas cosas de mí, pero eso que te comentan es verdad. Yo estaba dispuesto a sacrificar mucho para llegar a ser futbolista. De momento no lo soy, pero quiero serlo. No queda otra que trabajar mucho para conseguirlo.

—¿Cómo recuerda el fichaje por el Deportivo?

—Vine a hacer unas pruebas durante dos entrenamientos. Allí me dijeron que les había gustado bastante y me llevaron a Alicante a jugar un torneo con ellos. Con Mella me entendí muy bien y ya me ofrecieron fichar. Desde ese momento ha sido todo una locura. Ver cómo la gente vive el Dépor en A Coruña... La familia que se forma... Es todo impresionante.

—¿Cómo fueron esos primeros años en la residencia?

—Por parte de los compañeros estaba todo muy bien y quedé muy contento.

—¿Recuerda la primera vez que lo llamó el primer equipo para entrenarse con ellos? ¿Cómo fue?

—Fue el año pasado, el fin de semana del Morriña. Ese mismo lunes, creo, me llamaron y yo... ¡Flipaba! Era algo impresionante para mí. Y luego aún estuve durante dos semanas con ellos. No sabría explicar muy bien esa sensación que sentía y que sigo teniendo. Voy con ellos como si fuera un niño. Es una sensación muy extraña que no soy capaz de expresar con palabras, pero que me encanta y ojalá se siga dando. Además, todos los compañeros me tratan genial y veo que me intentan integrar. Nadie me mira por encima del hombro. Me cuidan tanto que dices: «¡Joder! Esto es impresionante!».

—El gol al Tenerife con el primer equipo en Copa. ¿Su mejor momento hasta ahora?

—Sí. Ojalá pudiera darle al tiempo hacia atrás y volver a repetirlo. Yo no suelo desayunar y jugábamos de mañana. Salí en el minuto 87 y marqué en el 106, en la prórroga. Luego nos quedamos entrenar. Tuve que hablar con el míster para decirle que lo sentía mucho, pero que no podía... Me dolían muchísimo las rodillas y las piernas no me respondían. Yo suponía que era de los nervios. Me dijo que no me preocupara, que yo ya había hecho suficiente para el equipo. Me fui a casa y ese día no pude comer nada. Tenía diarrea y lo pasé fatal. Pero yo había cumplido mi sueño y el de todos los niños de aquí, que es marcar un gol con el Deportivo.

—¿Qué daría por jugar en el primer equipo como Mella y Yeremay?

—Sería capaz de dar todos mis recuerdos por estar ahí. Imagina. Y eso es mucho.

—¿De quién se acuerda ahora para agradecerles su ayuda?

—De los que me apoyaron en los momentos difíciles. Hay poca gente y no puedo dar nombres. Ahora parece que va todo muy bien y se ha sumado gente que antes no estaba. Me quedo con los me escriben a diario y los que apostaron, sin saber nada de mí. Cuando vine al Dépor, tuve dos años buenos y luego otro malo. Estoy muy agradecido, por ejemplo, a la familia de mi novia.

—¿Por qué tanto amor por un club que está tan lejos de Burgos?

—Por todo lo que me transmitió el club y su gente. Cuando yo llegué, por ejemplo, a lo mejor jugaba con el San Tirso, acabábamos el partido, nos poníamos la camiseta del Dépor y nos íbamos a Riazor a animar al primer equipo. Y ese era mi primer año aquí con 14 años. Los niños de la residencia, el ir a Abegondo... Cuando yo fiché, veía que mis compañeros ya tenían ese sentimiento tan arraigado en ellos... Yo ahora no sé, pero en aquel momento, no había ningún niño en la residencia que no tuviera ese amor por el Dépor. Es que nuestro plan del fin de semana era todo enfocado al Dépor. En ir a verlo. Era una locura. Y luego ya ves que no es que este club sea profesional, es que es el siguiente nivel. Te dan todo para que seas profesional. Es que son muchas cosas... Tener de referente a Manuel Pablo, para ti, como canterano del Dépor, eso es una locura. Y los entrenadores que tuve antes ya te inyectan ese deportivismo en vena. Eso lo viví yo aquí. Los entrenadores te inculcan ese amor por el Dépor. No te transmiten que puede haber otros equipos y tal. No. Solo Dépor, Dépor, Dépor y nada más. Y luego a cada sitio que vas: «Hostia, que viene el Dépor». Hasta cuando iba con el San Tirso: «¡Es el Dépor B!». Nos trataban como al club más grande. Y todo eso lo vas sintiendo y te va calando.

«¿Jugaría de lateral? ¡Claro, flipas lo que es estar en Riazor!»

Kevin es ambicioso y se muestra predispuesto a lo que quiera tanto el club como los entrenadores.

—¿Cómo está después de la lesión de hace unas semanas?

—Poco a poco estoy mejor, dándole duro en Abegondo, deseando estar ya al cien por cien. Me perdí tres semanas y me noto más cansado. En breve, malo será, espero estar ya en plenitud.

—No hay mejor forma de volver que con gol al Compostela.

—Sí, pero lo importante era la victoria, es para lo que trabajamos todos. Para cumplir los objetivos y mejorar lo que hicimos la temporada pasada.

—¿Da más rabia lesionarse cuando justo empieza la temporada?

—Sí, me trastocó un poco los planes. Estaba a muy buen nivel, la verdad, porque me había entrenado mucho en la pretemporada. Fue un palo duro. Pero bueno, ahora toca olvidar eso para seguir donde lo había dejado.

—¿Qué tal la pretemporada con el primer equipo?

—Fue una locura. Compartir momentos con jugadores de máximo nivel; por ejemplo, con Mario Soriano, que fue uno de los mejores jugadores de Segunda División la pasada temporada; o Lucas, que ha bajado de Primera División para ayudar al Dépor Aprendes un montón de ellos. Me acogieron muy bien. Me tratan como al pequeño del grupo; y eso que también estaba Pablo [García]. Ojalá, conseguir estar algún día con ellos ya de forma oficial.

—Le pusieron de extremo.

—Sí. Creo que el míster confía más en mí en esa posición; y yo, encantado. Como si me quiere poner de central, Con tal de que me ponga, como si quiere usarme de lateral.

—¿Lateral izquierdo?

—Pues no me importaría. ¿Poder jugar un partido como el del otro día en Riazor? ¡Flipas!

—Dijo Soriano que rechazaron ofertas para que saliera cedido.

—Yo viví el verano con tranquilidad. Me debo al club. Este es mi equipo y yo estoy encantado de estar en el Dépor. Para mí, ya es un sueño estar aquí. Hablé con ellos, decidimos eso; como si para el año que viene o para dentro de dos optamos por otra. El Dépor confía en mí, yo confío en el Dépor; y eso es lo que importa.

—Con 25 fichas en el primer equipo, va a costar más que los fabrilistas asoméis la cabeza ahí.

—Ya, pero bueno, somos canteranos por algo y tenemos que estar a disposición de lo que el club o el míster necesite. Lo que tenemos que hacer nosotros es trabajar para ir ganando la confianza para que nos den minutos.

—¿Hasta dónde puede llegar el Fabril esta temporada?

—Yo miraría alto, la verdad. Tengo muchas ganas de seguir jugando. Disputaría partidos todos los días, si hiciera falta. Tenemos muchas ganas y eso se ha notado en pretemporada. Quizás el primer partido de Liga no fue muy bueno, pero en Valladolid remontamos y contra el Compostela lo hicimos muy bien. Además Riazor nos animaba y nos subimos un poco. Estamos en la línea y a ver si tenemos opciones de play off. Yo creo que sí.