
«¿Por qué no ganar la Copa?», advierte la portera, ilusionada con una competición que jugarán el martes 11 en Riazor. Antes, este domingo, recibirán al Athletic en Abegondo
02 feb 2020 . Actualizado a las 10:53 h.El día antes de recibir este mediodía (12 horas) en Abegondo al Athletic, el club anunció que el Deportivo femenino jugará su primer partido oficial en Riazor con motivo de la Copa de la Reina contra el Valencia (martes 11 a las ocho). Una competición que «ilusiona», tal y como reconoce María Isabel Rodríguez, Misa (Las Palmas, 1999), una portera que confiesa que no le importará decirle no al Barça por el Dépor, porque «fue el que me dio la oportunidad de jugar». Hoy, tendrá que ver el partido desde la grada por un golpe en el muslo.
-Salvadas ya, ¿qué les queda por hacer?
-El objetivo ya se ha cumplido, que era la permanencia. Y Manu [Sánchez] nos ha ilusionado con la Copa de la Reina, pero sin dejar de pensar en la Liga. Queremos conseguir los mismos puntos que en la primera vuelta y, en mi caso, encajar menos goles. La Copa de la Reina es a partido único, no es como una liga, y esperamos dar la sorpresa. ¿Por qué no ganarla?
-¿Y qué espera a nivel personal?
-Jugar y sumar minutos. Eso es lo que me hace crecer y creo que cada vez estoy más segura en la portería.
-¿Y para el año?
-¿Qué? [se ríe]
-¿Renovará?
-Estoy hablando ya con el Dépor y estoy a la espera. Es un tema que intento evitar porque estamos en febrero. No me interesa ahora mismo. En marzo quizás me interese más.
-¿Que la relacionen con el Barça puede descentrarla?
-Yo no sé nada de ese tema. El que se tiene que encargar es mi representante. Yo no me meto pajaritos en la cabeza ni estoy pendiente de lo que se dice. Todo saldrá cuando tenga que salir, sea del Dépor o cualquier equipo. Yo lo que quiero es ser feliz y jugar todos los partidos posibles. La opción del Dépor es la que tengo encima de la mesa y es la única ahora mismo. No me quiero ir. Al final fueron los que apostaron por mí y... Bueno, ya se verá.
-¿Cómo fueron sus primeros pasos en el fútbol?
-Yo hacía gimnasia rítmica y un día, al salir, mi madre me pilló mirando a los chicos cómo jugaban al fútbol. Se acercó y me dijo: ‘¿mi niña, tú quieres jugar al fútbol?’. Yo le respondí ‘sí mamá’. Entonces ella fue a hablar con la profesora y le dijo: ‘a mi niña ponedla a jugar al fútbol’. No recuerdo mucho más de aquella situación. Debía de tener 5 años. En mi casa siempre se ha vivido con pasión el fútbol por parte de mi padre y de mi abuelo. Tengo fotos de bebé, con meses, vestida con trajes de fútbol. Así fue como empecé en el Club Deportivo Yoñé, el equipo de mi pueblo, La Garita, y hasta los 12 estuve jugando con chicos de delantera
-¿De delantera? ¿Y ese cambio?
-Puff... Es un rollo [risas]. Yo jugaba siempre de delantera, pero un día no vino nuestro portero y me pusieron a mí. Se me dio bien y justamente me llamó la selección canaria femenina sub-12. Y claro, a esa edad nadie se quería poner de portera. Mi madre me dijo que me pusiera yo, que ya lo había hecho en aquella ocasión con mi equipo... Y así fue. Habló con los seleccionadores y desde los 10 a los 12 años se dio la curiosidad de que jugaba en el Yoñé de delantera y con la selección de portera. Fue todo muy raro, hasta que me llamó el Femarguín, el equipo al que se enfrentó el Dépor en la fase de ascenso, y ahí ya fui como portera. Y hasta hoy. Con ellos estuve de los 12 a los 17, hasta que di el salto al Atlético de Madrid.
-El equipo del barrio de Valerón.
-Y de David Silva.
-¿Coincidió en algún momento con ellos por Arguineguín?
-A Silva lo veía a veces cuando venía de vacaciones y a Valerón también porque tenía un equipo aquí. Yo de pequeña los veía y me decía: ‘¿Cómo voy a ir a saludarles?’. ¿Quién iba a pensar entonces que yo acabaría siendo también profesional?
-Y como Valerón acabó en el Dépor. Como él y como muchos otros jugadores canarios.
-Sí, sí, los canarios aquí triunfan [ronríe].
-¿Cómo fue lo de irse tan lejos de casa con 17 años?
-Lo primero que hice fue ponerme a llorar. No me lo creía cuando mi representante me dijo que había la opción. Salir de la isla es muy difícil. La liga allí es muy corta y nadie te mira. Así que cuando me llamaron sabía que no podía dejar escapar ese tren. Era una niñata, pero fue una de las mejores decisiones que he tomado. Estuve tres temporadas allí y crecí mucho como persona y futbolista. Irte sola, con 17 años, te hace madurar. Tienes que tomar tú tus decisiones. Tienes que hacerte tú todo, porque no están ni tus padres ni tu familia cerca. En el Atlético me cuidaron también muy bien. Entrenar con Lola [Gallardo] ha hecho que sea la portera que soy hoy en día. Fue un sueño hecho realidad.
-Pero llegó un día en el que dijo que quería jugar. Se fue al Dépor.
-Sí. La última temporada ya estaba como segunda portera del Atlético, pero yo con 19 años no me conformaba. Quería jugar. No quería seguir viéndome en un banquillo con el paso de los años. Llegó la oportunidad del Dépor y no me lo pensé. Otra de las mejores decisiones que he tomado en mi vida. Fue de un día para otro. Mi representante me dijo: «¿Lo tomas o lo dejas?. Y yo lo cogí». Yo quería jugar en Primera y qué mejor que en un club con una larga historia. Yo conozco al Dépor por Valerón y porque escuchaba hablar en mi casa a mi padre del Superdépor. Yo quería jugar y disfrutar del fútbol, que para mí es lo más importante.

«Soy una loca dentro y fuera del campo y lo seguiré siendo mientras no me marquen gol»
Misa es una portera valiente que va con todo, «como una loca», pero que también destaca por su excelente salida de balón.
-¿Cómo se encuentra tratada en el Dépor?
-Desde el primer día me han acogido superbien. Sobre todo Pablo Pereiro. Hay un gran grupo humano en el vestuario, pero también en el resto de empleados del club. Encargados de material,jardineros... Ser nueva y que te traten como de toda la vida es de agradecer. Y más para una chica como yo, que tengo 20 años y estoy muy lejos de mi casa.
-A diferencia de otras compañeras, usted sí ha tenido apoyo familiar desde el principio.
-Sí es verdad que antiguamente el fútbol se veía más como un deporte de chicos. Me siento muy orgullosa cada vez que recuerdo la historia de cómo mi madre me ayudó a jugar. Porque las niñas no tienen por qué hacer gimnasia rítmica o baile. También pueden hacer fútbol, voleibol, baloncesto...
-Todos esos años jugando con chicos y de delantera ahora se notan en su juego de pies.
-Sí, creo que sí. Me ha facilitado mucho y se está viendo reflejado en el campo en la salida de balón. Hoy en día es muy importante que un portero tenga un buen juego de pies.
-¿Es cierto lo que dicen de que para ser portero hay que estar un poco loco?
-[Risas] Justamente el otro día lo estaba hablando de eso con mi fisio. En el partido contra el Granadilla tuve un choque muy fuerte con Martín Prieto y me decía que no sabía cómo podía haber metido la pierna ahí, que estaba muy loca. ¿Y qué hago? Yo voy con todo, no importa a quien arrase. Mientras no me metan gol voy a seguir siendo una loca. Así que sí, estoy loca.
-Lo asume.
-Totalmente. Yo soy una loca dentro y fuera del campo [se ríe].
