«Mis imágenes son el documento gráfico del acto escultórico»

B.R.SOTELINO VIGO

VIGO

MIGUEL VILLAR

Fran Herbello, artista «A imagen y semejanza», primera exposición fotográfica de Fran Herbello, es una serie de imágenes que impactan al espectador a través de un juego en el que el cuerpo, manipulado en efímeras intervenciones plásticas, es el protagonista del discurso visual. A pesar de no considerarse un fotógrafo, sino un documentalista de sus esculturas, Herbello ha logrado ser el único artista gallego seleccionado para la última edición del certamen PhotoEspaña, donde sorprendió con sus trabajos recogidos en un libro editado por el Centro de Estudos Fotográficos de Vigo.

15 sep 2001 . Actualizado a las 07:00 h.

Fran Herbello nació en Suiza en 1977, aunque desde niño vive en Aldán. El artista fue animado por Manuel Sendón, su profesor de fotografía en la Facultad de Bellas Artes de Pontevedra (donde se licenció en Escultura), a seguir desarrollando un trabajo de clase. De esta investigación salió su serie fotográfica A imagen y semejanza, con la que ha irrumpido con fuerza en los circuitos de la imagen. El Centro de Estudos Fotográficos de Vigo, que coordina Sendón con Xosé Luis Suárez Canal, editó este trabajo en la colección Do Trinque y el certamen PhotoEspaña 2001 le dedicó una sala en el Círculo de Bellas Artes. Actualmente expone en la Fundación Luis Seoane de A Coruña, hasta el 30 de septiembre. Después viajará a Valencia. -¿«A imagen y semejanza» partió de alguna idea concreta? -No, es el desarrollo coherente de aquel trabajo de clase. En ella está presente la fotografía surrealista, que me interesa muchísimo, y también la estrategia publicitaria de imagen-impacto, con fondos neutros y fotos limpias, sin ruidos. Me interesaba que llegase a un público amplio y que no hubiese necesidad de utilizar un texto explicativo. Hay imágenes que tienen un desarrollo conceptual muy potente pero no llegan a la gente por sí solas, y eso es que hay un fallo en la realización de la idea. -¿Se podría definir como fotógrafo? -En realidad, no. Lo que hago son esculturas, en este caso sobre el cuerpo. Para mí, las fotos son el documento gráfico del acto escultórico. Sé muy poco de fotografía. Lo básico. Y por ahora tampoco me interesa saber más, aunque si en el futuro decido dedicarme a la fotografía más a fondo, tendré que ponerme al día, porque no tengo ni idea de objetivos, ni de cámaras. -Sin embargo ha tenido un éxito enorme en la última edición de PhotoEspaña... -Sí, la exposición estuvo muy concurrida y a la gente le sorprendió mucho. Sobre todo cuando me veían, tan joven y sin un látigo en la mano o vestido de cuero, que era lo que se esperaban. -Aunque no se considere fotógrafo, hay alguno que le interese especialmente? -Me gusta mucho el trabajo de Chema Madoz y de Joan Brossa, por ejemplo. -Las imágenes que componen la muestra llaman la atención. ¿Cómo las hizo? -Mucha gente piensa que es fotografía digital, que están manipuladas a través de programas de ordenador, pero son totalmente caseras. Las hice manipulando la piel con pegamento. Los efectos que producen vienen dados también por los encuadres. Los modelos que utilicé son familiares, amigos, y yo mismo, para las imágenes más «fuertes». -¿Y siguen hablándole sus modelos después de posar para usted? -A algunos estuve a punto de perderlos como amigos, porque tuve que someterlos a pequeñas torturas. -¿Cómo se plantea su trabajo de cara al futuro? ¿Va a continuar la serie? -No pensaba hacerlo, pero tengo muchas ideas nuevas y voy a seguir en la misma línea, porque además hay posibilidad de publicar otro libro.