
El juzgado ordenó internar a los presos en una institución especial pero los médicos rechazaron su ingreso El nuevo código penal permite, como medida de seguridad, internar en hospitales psiquiátricos a reos con problemas mentales. El juez anula su ingreso en prisión para que se rehabiliten en centros especiales. El problema surge cuando los presos son examinados y los psiquiatras desaconsejan el internamiento porque están cuerdos y pueden llevar una vida normal en su casa con un régimen ambulatorio. Ante tal imprevisto, Instituciones Penitenciarias busca ahora centros de educación especial para realojar a ocho reos de Vigo.
29 sep 2001 . Actualizado a las 07:00 h.Algunos de los condenados por hechos delictivos sufrieron transtornos por celos, dependencia del alcohol o indigencia. «Pero eso no quiere decir que esté loco de atar», advierte un experto. Por eso, los médicos rechazaron algunos ingresos en un hospital psiquiátrico ordenados por el juez. Al menos, un reo ha sido rechazado del centro de O Rebullón y otros siete están pendientes de internamiento. El Sergas explica que el criterio clínico de los psiquiatras de guardia en Urgencias de O Rebullón pesa más que la autorización judicial para el ingreso involuntario de los condenados. Sólo una sentencia en firme de la Audiencia Provincial obliga al médico a ingresar a un preso. En los ocho casos registrados este año, el juez apreció indicios de problemas mentales en el reo y ordenó, como medida de seguridad, su internamiento, hasta cinco años, en centros psiquiátricos. Pero, los médicos valoraron que el reo, tras ser examinado, no debía ser ingresado sino que podía seguir un régimen ambulatorio en su domicilio. En general, señala fuentes del Sergas, los médicos «luchan» para que el preso vuelva a la calle si lo creen apto para seguir vida normal. El problema surge porque, según fuentes próximas, Instituciones Penitenciarias carece de centros especializados para hacer cumplir las medidas de seguridad contempladas en el nuevo código penal. Para resolverlo, Penitenciarias ha firmado convenios con entidades sociales para reubicar al reo. Reubicación Dos presos han conseguido ser realojados en una asociación de Monforte de Lemos que atiende a pacientes con problemas mentales. Otros dos condenados por hechos delictivos han sido enviados, en virtud de un convenio entre Instituciones Penitenciarias y entidades privadas, a un centro de educación especial que deshabitúa a toxicómanos o alcohólicos. Un quinto imputado está pendiente de ingresar en un centro de A Coruña que trata a dependientes de la bebida. Otro interno ha sido ingresado en la unidad de agudos del Hospital Provincial de Pontevedra. En este caso, la condena asciende a casi cinco años de internamiento y, según fuentes próximas, «podría no ser un lugar adecuado para el preso». En otro caso, la familia alegó que el condenado es incapaz de aguantar el internamiento en un centro especial porque sufre de oligofrenia. Ahora, está en la calle porque no se le considera peligroso. Otro condenado se halla en su casa, en tratamiento ambulatorio, porque así lo exigió un equipo interdisplinar que concluyó que lo que el reo precisaba era una cura de alcoholismo. El octavo preso está en un hospital penitenciario por tener pendiente otra causa penal.