Kiko Da Silva, dibujante y escritor El joven artista Kiko Da Silva empieza a convertirse en un todoterreno de la plástica, un 4 por 4 de la creatividad, un polifacético autor de imparable imaginación. Aunque tiene ya un abultado currículum como dibujante, Da Silva acaba de presentar su primer libro como autor e ilustrador. «Moncho e a mancha», editado por Kalandraka, es un complejo trabajo ya que las escenas que acompañan al texto fueron modeladas en cemento, talladas, lijadas, pintadas y después fotografiadas para su reproducción con el fin de conseguir un efecto de «ficticio hiperrealismo tridimensional», explica.
11 dic 2001 . Actualizado a las 06:00 h.Kiko Da Silva (Vigo, 1979), continúa sus estudios en la facultad de Bellas Artes de Pontevedra, donde cursa el último año de carrera, pero la dedicación académica es sólo una parte de su actividad. Su primer libro infantil en el que firma tanto los textos como las ilustraciones, acaba de ser presentado en el Salón Internacional del Libro Infantil e Xuvenil que se celebra en Pontevedra hasta el domingo. De todas formas, la exposición de la parte visual de su obra continuará mostrándose en el Pazo da Cultura hasta finales de año. Por otra parte, Da Silva dirige la única revista dedicada al cómic que se edita en Galicia y precisamente ayer se presentó el segundo número de la publicación, BdBanda. -«Moncho e a mancha» cuenta la historia de un niño obsesionado por el dibujo ¿No será usted mismo? -No me basé en mis experiencias, pero siempre se «cuelan» cosas que, inevitablemente, tienen que ver bastante con mis propias obsesiones. -¿Es la primera vez que escribe? -Para niños, sí. Pero antes hice relatos para adultos y guiones para cómics y cortometrajes. -Parece un libro de complicada elaboración... -Lo es. Me llevó más de un año. Es bastante rarito. Aún más que el anterior, La memoria de los árboles. Las ilustraciones son esculturas en barro vaciadas en en moldes de cemento, después talladas, lijadas, pintadas y fotografiadas para su impresión reprográfica. Y las piezas pequeñas las hice aparte, en cerámica. Por cierto, el libro está dedicado a mi novia, por aguantar el caos, porque aunque tengo mi estudio en casa, éste tiende a expandirse por todas las habitaciones. Y además, ella, gracias a que colecciona figuras de vacas, me inspiró la resolución de la historia. -¿Cómo se refleja el proceso técnico en el resultado? -Pues produce un efecto de hiperrealismo ficticio. Tridimensionalidad con estética de planitud. -En la obra, la primera que firma como escritor e ilustrador a la vez, el protagonista, Moncho, tiene una nariz en forma de lápiz, como el personaje que usted mismo ha creado como «autocaricatura»... -Sí, es un poco para seguir la broma. Imaginar cómo sería Pinocho si en vez de tener una nariz sólo de madera la tuviese además de grafito.