El servicio de vigilancia tendrá 180 nuevos funcionarios y la GNR prepara otros seis mil Lisboa reinstaurará los límites para controlar a los aficionados violentos en el campeonato
03 jul 2003 . Actualizado a las 07:00 h.Galicia y Portugal volverán a estar separados por una frontera rígida, con puestos aduaneros y agentes revisando documentos. El regreso al pasado durará tres semanas, el mismo tiempo que se prolongará la competición de selecciones europeas de fútbol. Justo dentro de un año, entre el 12 junio y el 4 de julio, se celebrará en Portugal la Eurocopa. Allí estarán los mejores jugadores del Viejo Continente, acompañados por miles de personas dispuestas a vaciar sus carteras en los locales hosteleros del país vecino. Pero junto a ellos viajarán cientos de aficionados catalogados como violentos. Y son precisamente estos seguidores peligrosos los que hacen que Portugal prepare la derogación del Tratado de Schengen, que eliminó las fronteras entre los países de la UE. En el país vecino no quieren que se repitan las escenas de sangre y violencia que dieron al traste con el Mundial de Fútbol de Francia, en 1998. Para ello, el plan de prevención de los disturbios prevé el cierre parcial de las fronteras, unido a un importante refuerzo de los servicios policiales: 6.000 agentes de la Guardia Nacional Republicana vigilarán las zonas con aficionados; junto a ellos estarán 600 funcionarios del Servicio de Extranjeros y Fronteras, a los que en los próximos meses se unirán 180 nuevos efectivos. La decisión del cierre de fronteras no es aún definitiva, pero todo apunta a que Portugal seguirá los pasos de Italia, Austria, Bélgica, Francia y España, que en los últimos años bloquearon alguna vez sus aduanas. «Estamos decididos a accionar el Tratado de Schengen. La recuperación de las fronteras nos permitiría una extradición rápida de aficionados violentos», explica el secretario de Estado de Administración Interna, Nuno Magalhaes.