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La Travesía del desierto

La Voz

VIGO

Cuentos Municipales

10 dic 2003 . Actualizado a las 06:00 h.

HARLAN en Queta Hilton, la cafetería del Concello, sobre la larga crisis, y discuten sobre qué grupo o grupos tendrán ahora que hacer su particular travesía del desierto, y qué es la travesía misma. Martín Códax , el vate redivivo como obrero de Citroên, le explica su tesis a Cachamuíña , el supuesto héroe de la Reconquista, ahora cobrador de recibos de La Fe, que además es su tataranieto. - Querido Cachamuíña . El desierto lo atraviesan los políticos que sin poder tienen que hacer un largo recorrido hasta conquistarlo o, como don Pelayo (no el futuro hijo de doña Leticia, sino el asturiano histórico), que tanto tuvo que andar para incordiar al moro y echarlo. ¿Era resistente, era terrorista? Cuando están en su cháchara, comentando lo duro que es atravesar el desierto, pasa por su lado Fray Semáforo , responsable del tráfico y del show contra la doble fila, que les dice rotundo. - Me consta que es mucho más difícil atravesar la Travesía de Vigo. Ahí sí hay que echarle valor. Claro que se me ocurre que si imponemos los camellos como medio de transporte, al ser más estrechos que los automóviles, es seguro que mejoramos la situación. Pero Fray Semáforo , a poco que piensa, se da cuenta de que, con el escaso margen que le queda de gobierno, no le da tiempo a hacer revoluciones. Ni siquiera a enderezar lo de la doble fila. Cuando Cachamuíña y su tatarabuelo Martín Códax salen a la lonja del Concello, suponen que se ha adelantado la llegada de los Reyes Magos. Hay siete camellos al lado de la Oficina de Información y consideran, acertadamente, que no están allí para preguntar cuándo se ponen al cobro determinados impuestos. Un amable funcionario que viene de la cafetería -¿de dónde, si no?-, no sabe nada de lo suyo, lo de la cobranza, pero sí de los camellos. Normal. - Los ha dejado aquí un beduino con un gran bulto a la altura de la cintura. Como si llevara una enorme daga debajo de la chilaba. Martín Códax y Cachamuíña dan por hecho que los políticos municipales hasta ahora en el gobierno se aprestan a hacer la travesía del desierto. Lo confirman cuando se enteran de que han encargado aguas minerales en Queta Hilton. Como son políticos no las compran de maquinita, que son más baratas. Por cierto, algunos conservan la factura, ignoran con qué finalidad. Quedan allí y reconocen sin duda a El de la Triste Figura , el líder de los nacionalistas, que llega vestido de beduino, daga incorporada. Por otra parte aparece el resto del bigogierno fracasado, con su líder El Principito Valiente a la cabeza. Invitan a siete de los ocho socialistas a acompañarles en los siete camellos -en cada animal un socialista y un nacionalista- , y a su jefe le ofrecen una burra de Tierra Santa. - Admirado Principito -le dice con cara de beduino El de la Triste Figura - súbete en el jumento y camina. Como está tan cerquita de la Travesía de Vigo, te invito a vivir otra vez El Calvario, que es nuestra obra predilecta. Por si no quedara claro, El de la Triste Figura completa la explicación. - El único secreto del Calvario es estrechar el camino... y así al pasar de uno en uno es más fácil cazarlos. El Principito Valiente debe pensar que como a él, pero no lo dice. Ya se sabe que es muy callado. No tanto que no pregunte, como en un susurro. - Y la burra de Tierra Santa, ¿es de leche? El de la Triste Figura responde que cree que sí. - Pues la ordeñas, como es habitual, y luego la desprecias... si puedes.