HEMEROTECA Presión a las tabacaleras inglesas en su lucha contra el cáncer

Carlos Fernández REDACCIÓN

VIGO

SUCEDIÓ EN 1954

21 feb 2004 . Actualizado a las 06:00 h.

Recibido por el Gobierno británico, y transmitido al Parlamento, el exhaustivo informe de una comisión médica sobre la relación entre el consumo de tabaco y el cáncer de pulmón, aquél decidió, a finales de febrero de 1954, imponer a las compañías tabaqueras un impuesto supletorio de un cuarto de millón de libras esterlinas para compensar los daños causados con la venta de sus productos. Era el principio de una larga carrera, todavía no terminada medio siglo después, para luchar contra uno de los vicios más pertinaces del siglo XX y que ha llevado a cientos de miles de personas a la muerte, aunque una muerte lenta, pues el período de incubación y desarrollo suele ser largo. Precisamente en este informe se hablaba de dos décadas en personas jóvenes de consumo medio. De toda manera, en la Gran Bretaña de los años cincuenta era norma, cuando alguien fumaba en un lugar cerrado, pedir permiso a los presentes, sobre todo si había menores de edad. En este informe, los médicos creían también que para concienciar a la sociedad del peligro del tabaco sería conveniente que las figuras destacadas del mundo de la política, de la economía, del arte, etcétera, no fumasen en los actos públicos ni en sus apariciones en el cine y la televisión. Sin embargo, ello no sería posible, empezando por el primer ministro, Sir Winston Churchill, que no se apeaba de su famoso puro ni para ir al excusado. Preguntado una vez por qué no dejaba de fumar, respondió: «Si lo hubiese hecho, seguro que estaría ya en el cementerio».