OPINIÓN
03 abr 2004 . Actualizado a las 07:00 h.A LO LARGO del siglo pasado muchas cosas cambiaron. Como casi todos los ámbitos de la vida, también la alimentación está sujeta a las tendencias de cada época. Pero por suerte una cosa no ha cambiado nunca: ¡la necesidad del hombre del disfrutar! Esta es la razón por la que con imaginación, los cocineros y gastrónomos de todos los tiempos se han esforzado en inventar nuevas delicias culinarias con los productos del mar y el enriquecer la cocina con muchas especialidades de pescados y mariscos. Si no ¿Cómo puede ser que uno disfrute tanto relamiéndose con las conservas de pescados y mariscos de Galicia, y se sienta total y absolutamente feliz sin un ápice de remordimiento ni nada parecido a la tristeza o preocupación sino todo lo contrario? A veces se dice que la gula es un pecado y que el pecado produce arrepentimiento. Y yo me pregunto ¿Por qué las conservas jamás producen arrepentimiento a nadie? Porque pecar no existe y, es un placer degustarlas y para todos los gustos y ocasiones. Y eso no es todo, encima los maravillosos productos del mar gallegos con la diversidad de preparaciones, la salud y el gran valor nutritivo, éstas son las características que contribuyen a que los diferentes sabores sean tan especiales e inconfundibles. Tesoros que la naturaleza inventó para nosotros, los consumidores. Sentirás placeres ancestrales. Por ello, sáltate las normas y cómete una buena conserva de pescado o de marisco y con ello emociónate y aprovecha que, de momento, sentir es gratis y que sentarse rodeado de amigos frente a una lata de conserva, no tengo duda que producirá muchas sensaciones. No se puede pedir más: ¡Pruébelo usted mismo! La mesa está puesta. Son imprescindibles para quienes piensan en su salud y el buen sabor. Además son sanas por naturaleza y, sin lugar a dudas, dan a cada comida su toque particular.