Las charlas se desarrollarán los días 7 y 8 de mayo en el colegio San Miguel II Joao Pequeno tiene 87 años y fue discípulo de Pastinha, la gran referencia de esta danza
04 may 2005 . Actualizado a las 07:00 h.Los maestros de capoeira angola Joao Pequeno de Pastinha y Ras Ciro Lima darán este fin de semana, los días 7 y 8, un curso de esta danza africana en el colegio San Miguel II. La estancia de los dos brasileños en Vigo está ocasionada por la existencia del Centro Esportivo de Capoeira Angola, cuya sede está en la calle Pi y Margall, 117. Joao Pequeno de Pastinha tiene 87 años y fue discípulo de Vicente Ferreira Pastinha, la figura más importante de la capoeira angola, y es doctor honoris causa por la Universidad de Uberlandia. Por su parte, Ras Ciro Lima es discípulo del anterior y figura clave en el reegae de la ciudad de Bahía. «La capoeira ha acompañado a toda la historia del negro, desde África hasta la construcción de América, incluso en la actualidad ha regresado a África», explica Ras Ciro. La capoeira, que en sus orígenes africanos se llamaba Mingolo, es un juego, como una danza ritual o una lucha en la que hay movimientos de ataque y defensa. El juego se desarrolla en un círculo formado por músicos, que tocan el berimbao. Los capoeiristas muestran su habilidad y agilidad sin tocar nunca a su oponente. «El juego busca la sorpresa, pero si el adversario no se defiende porque no está atento hay que frenar los golpes», añade Ras Ciro. Terapia «Sólo no aprende quien no quiere», dice Joao Pequeno, para recordar que es una danza que pueden practicar hombres, mujeres y niños. «En Brasil se está utilizando la capoeira angola como fisioterapia, incluso existen trabajos con niños que padecen síndrome de Down y los resultados son excelentes porque les ayuda a relacionarse mejor», explica Ras Ciro. Hay diferencias entre la capoeira angola y la capoeira regional bahiana, la variedad más extendida. Esta última fue elaborada en 1920 a partir de la mezcla de movimientos de capoeira, sávate, batuque y otras luchas que desembocaron en un arte marcial distinto, un deporte competitivo. En realidad se caracteriza por golpes más altos, espectaculares e incontrolados que pueden hacerse violentos en ocasiones.