El esqueleto del ocupante apareció sin cráneo y boca abajo, por lo que el arqueólogo cree que ya hubo otros expolios con anterioridad al último
09 feb 2006 . Actualizado a las 06:00 h.?o todos los días se ve un sarcófago de mil años de antigüedad con un usuario en su interior. Quizá por ello fue máxima la expectación que se generó ayer por la mañana en la plaza de la Iglesia, en el Casco Vello, durante el traslado de la pieza funeraria de época visigoda. Mucha gente, curiosos y amantes de la arqueología, quisieron inmortalizar, con sus cámaras fotográficas y de vídeo, el momento de la apertura del sarcófago y su posterior traslado. La mayor sorpresa que se encontró el equipo arqueológico al abrir la tapa del sepulcro fue que el cadáver estaba boca abajo, una posición inhabitual en un enterramiento cristiano. Esta circunstancia está llevando a pensar a los responsables de esta excavación que el sarcófago fue violado con anterioridad al expolio que recientemente fue denunciado por los propietarios del solar. Así que el continente está datado entre los siglos IX y X, pero el contenido ya es más complicado de determinar su antigüedad porque pudo haber varios difuntos. El esqueleto, aunque presentaba muchos huesos en un buen estado de conservación, carecía del cráneo. Según el arqueólogo Xurxo Constela, responsable de la excavación, la cabeza debió de ser robada al poco tiempo del enterramiento. Otras sorpresa que se encontraron los arqueólogos fue la aparición de una tumba tardorromana o sueva, situada junto a una de las paredes de la casa. Las primeras estimaciones datan esta estructura funeraria en torno al siglo VI o VII, pero estaba en muy mal estado. Esta circunstancia también podría llevar a concluir que desde muy antiguo se utilizaba esta zona como necrópolis. Incluso se podría pensar que antes de la llegada de los romanos a la zona, este lugar estaría dotado de un halo sagrado que justificaría los enterramientos. Al Verbum Estas estructuras fueron trasladadas ayer a un local municipal ubicado en el Verbum, donde serán catalogadas y esperarán por una decisión definitiva respecto a su posterior ubicación. En el Museo Municipal Quiñones de León ya hay expuestos varios sarcófagos de época medieval y a lo peor el nuevo no aporta nada más que justifique su exposición museística. Hay que recordar que este sarcófago se incluye en la tipología de los denominados sarcófagos de estola, llamado así por la decoración que presentan. Durante el último expolio que sufrió esta pieza, los «cazatesoros» rompieron la parte superior de la tapa. Los operarios que trasladaron ayer la pieza pétrea tuvieron que ayudarse de una grúa debido a que el sarcófago pesa alrededor de una tonelada y mide unos dos metros de largo. Por cierto, los huesos también se han traslado al depósito municipal. Xurxo Constela ha realizado un llamamiento a algún investigador para que asuma un estudio en profundidad de los huesos porque están en buen estado y podrían arrojar