La Mirilla
17 jul 2006 . Actualizado a las 07:00 h.Ha cumplido los 45 y sigue tan lozana. Es lo que tiene el plástico, que la ley de la gravedad se la trae al fresco. Lo que no es tan usual es que la Barbie se mantenga igual de bien que el primer día (en algunos casos, mejor) en las listas de ventas. Es, con mucho, la favorita de las niñas de todas las edades. Algunas ya casi tan creciditas como la propia muñeca. Estaremos de acuerdo en que no se ha vivido un fenómeno así desde aquella Mariquita Pérez con la que soñaban nuestras madres y abuelas. Para celebrar este 45 cumpleaños, el fabricante ha puesto en el mercado una Barbie edición especial, cuyo principal atractivo radica en el espectacular traje en blanco y negro diseñado para la ocasión. Hasta el próximo día 22 las forofas y los forofos (haberlos, haylos) de la Barbie pueden contemplar, junto a una muñeca de dicha edición especial, cerca de otro medio centenar. Forman parte de una colección privada y se exponen en la planta de juguetes de El Corte Inglés. Son muchas las niñas, y no menos las madres, que se quedan pegadas al cristal de las urnas en las que se resguardan de toqueteos más que seguros. Cada cual tiene su favorita. Las hay para todos los gustos. Desde una soberbia Cleopatra con cara de Liz Taylor a una lograda Reina Isabel I, con su peculiar megrafrente. Están también, claro, las réplicas de Marylin Monroe (vestida de La tentación vive arriba y de Los caballeros las prefieren rubias), y de la inimitable Audry Hepburn. En este caso vestida con sendos trajes de My fair lady (el de vendedora de flores y el de las carreras de Ascot), y de Desayuno con diamantes. No faltan tampoco algunas piezas de la colección Alta Costura, bautizada así porque los diseños que luce salieron de la imaginación, entre otros, de Christian Dior, Calvin Klein, Dona Karan, Pertegaz, Pedro del Hierro, Balenciaga... Sí, todos han sucumbido a los encantos de esta fashion victim asexuada, a la que han vestido con looks que van desde los más alternativos a los más sofisticados y glamurosos. Finalmente, ¡cómo no!, puede contemplarse una copia de la primera Barbie que salió de la cadena de montaje de Mattel allá por 1959. Ya lo decía al principio, cosas del plástico. Como bien puede certificar Cher quien, por cierto, también puso su requeteoperada cara a una tanda de Barbies. Sí, la misma que ha hecho famosa Raphael. Estamos hartos de saber que él es Aquel, el que cada noche nos persigue (en clave musical, claro), pero lo que no sabíamos (hablo por mí), es que su hijo Manuel es el Otro. Los genes son los genes. Y por mucho que su padre (y su madre, Natalia Figueroa) intentaron apartarle de los caminos de la farándula, aquellos (los genes, digo), hicieron su trabajo a conciencia. De nada valió imponerle una licenciatura en Derecho y Administración de Empresas. Dijo que erre y, al final, ha sido erre. O sea, música. Desde hace un tiempo Manuel Martos comparte escenario con Álvarzo de Azcárate. Forman el dúo Mota y el próximo día 22 actuarán en Vigo. Serán los teloneros de Ana Torroja. Pues será cosa de llegar puntuales a Castrelos para comprobar si el futuro de la saga está garantizado. Lo que sí ya sabemos es que los estilos de padre e hijo tienen poco que ver. El del primero ya saben de qué va. El segundo, en compañía de Álvaro, hace pop-rock «sin apellidos ni calificativos». O eso dicen ellos. Docenas de personas se afanaban el domingo en Castrelos en preparar mejillones al vapor. Que no sé por qué usaban ollas, si con ponerlos 30 segundos al sol el efecto hubiera sido el mismo. Porque caía a plomo. La consigna era no moverse de la sombra para no derretirse. Menos para un puñado de valientes a la fuerza, que no tuvieron más remedio que dar la cara sobre un escenario instalado a pleno sol. Entre ellos la también periodista de esta su casa María Jesús Fuente. Cuando el presidente de El Olivo, Balbino Moreira, le propuso ejercer de pregonera, no le advirtió que la tarea le haría sudar la gota gorda. Menos mal que contó con algunas solidaridades (obligadas) en el sudor. Como las de los concejales Marta Iglesias, Soledad Polo, Enrique Vieitez, Gonzalo Caballero o López Chaves. Éstos dos últimos, previsores ellos, se dieron una vuelta por el puesto de sombreros (el más visitado de todos) antes de subir al escenario. Que ya que tuvieron la idea, bien podían haber invitado a una ronda de gorras. Menos mal que María Jesús optó por un pregón jugoso pero corto. Ella sí que fue previsora.