Elduayen propició que se unieran dos viales para lograr el ancho, y pagó las expropiaciones
10 nov 2006 . Actualizado a las 06:00 h.Increíble puede parecer en estos tiempos, en que ya tiene tradición construir en Vigo viales sumamente estrechos, que una de las calles más anchas de la ciudad, la actual García Barbón, fuera abierta y urbanizada nada menos que a mediados del siglo XIX. La vía tenía en origen 1.709 metros de longitud. Era la Circunvalación, que comprendía desde Julián Estévez, en Teis, hasta Porta do Sol; es decir, incluía no sólo la calle que nos ocupa, sino también lo que en la actualidad en Policarpo Sanz. Casualidad que unieran físicamente los nombres de los dos más caracterizados filántropos vigueses, uno de Marín, el otro de Verín. En principio la calle que pasó a llamarse García Barbón a partir de 1909, a la muerte del patricio, se preveía con un ancho de 12 metros de calzada, con 6,4 metros de firme y 2,8 metros cada paseo lateral o acera. La tradición oral dice que el todopoderoso José Elduayen, el de la estatua de Abrir Vigo al mar, se las ingenió para unir dos carreteras proyectadas, con trazado paralelo, con objeto de conseguir el espectacular ancho que tiene. Algo más hizo Elduayen, y es que llegó a desembolsar las 150.000 pesetas necesarias para las expropiaciones de aquella ingente obra. Cuando se acometió el proyecto, la progresía local apuntaba la necesidad de seguir la norma que se había impuesto en París, en sus bulevares. No era otra que hacer que la anchura de las calles fuera el doble que el alto de los edificios.