Delio, el sprinter temido por todos

Gerardo González Martín

VIGO

A los 17 años ya era envidiado el primer gallego que ganó la Vuelta a España

19 ago 2007 . Actualizado a las 02:00 h.

En vísperas de que la Vuelta a España salga una vez más de Vigo, ¿qué mejor evocación que la de Delio Rodríguez, el sprinter por antonomasia, el ponteareano que se convirtió en el primer gallego capaz de ganar la Vuelta a España en 1945? Ya antes, en 1936, cuando la ronda ciclista pasaba por Galicia, en su segunda edición, fue también él, en este caso en compañía de Marcelino Sánchez, de Cambados, quien inició las intervenciones de gentes de nuestra tierra en la gran prueba.

La historia de Delio es la de un triunfador. No sin esfuerzo, por supuesto, que estuvo pegado a una bicicleta desde que no levantaba un palmo del suelo, con aquella máquina que construyeron en el taller de su padre. Fueron nada menos que seis hermanos, y porque no había más, los que se animaron con el gusanillo del deporte más duro: el propio Delio y con él Emilio y Manolo, los que fueron mejores después que él, también José y Pastor, e incluso Aurea, la única mujer de la familia, campeona de féminas de ciclismo gallego en algún momento.

El caso es que en 1933, con 17 años, Delio Rodríguez se convirtió en el coco de los otros ciclistas. Lo ganaba todo en aquellas pruebas que todavía se limitaban a la zona de Vigo, a Guarda y, por supuesto, Ponteareas, además de Portugal. Luego empezó a ensanchar el horizonte y fue ya uno de los escogidos, de los poquísimos gallegos capaces de intervenir en pruebas de 120 o 180 kilómetros. Él y los otros se preparaban para algo más cuando Delio ganaba el Campeonato Gallego de Fondo de 1934 y 1935, o la prueba Santiago-A Coruña-Santiago, en todos los casos en 1934, para llegar a 1935 con otra larga prueba en Lugo, el Gran Premio de la Montaña, en el que quedó segundo, con un increíble coruñés, José Ponte, clasificado en primer lugar, y el ya citado Campeonato de Fondo.

Vuelta a Galicia

También en 1935 participó por vez primera en la Vuelta Ciclista a Galicia, prueba que en más de una ocasión superó los 800 kilómetros y que aquel año era la segunda edición; en la primera, de 1933, no participó, probablemente porque todavía no se encontraba preparado para afrontar tal tarea.

La Vuelta a España sería el escenario de sus grandes éxitos. Y eso que las circunstancias de aquellos tiempos, con pocas convocatorias de esta prueba, únicamente le permitieron participar entre el año en que nació, en 1935, y diez años después, en cinco competiciones. La de 1941 fue increíble: consiguió ganar 12 etapas, algo que tardaría muchos años en igualar otro corredor.

En el 42 volvió a ganar unas cuantas etapas, sobre todo por su condición de sprinter, y en 1945 fue el año de las grandes alegrías para los innumerables admiradores de Delio: fue campeón en la Vuelta a España, en la III Vuelta a Galicia, que era la primera que se celebraba después de la guerra, y por si fuera poco quedaría en tercer lugar en el Campeonato de España de Ciclismo. Aun en las vueltas españolas de 1946 y 1947 consiguió unos cuantos éxitos parciales más, hasta llegar en total a ganar casi 40 etapas en la Vuelta a España. Digo casi 40 porque además de esta cantidad, los que se han preocupado de contabilizar han ofrecido resultados diferentes: otros 39 o 38 etapas ganadas. En cualquiera caso, una auténtica heroicidad, prácticamente irrepetible.

Retirada

En 1948, allá por diciembre, se supo que Delio se retiraba. Habían sido 15 años de éxitos, que no pudieron ser más por el tiempo en que vivió. Más de una vez se lamentó de no haber podido acudir al Tour de Francia. Según el ponteareano, primero nuestra guerra civil y luego la segunda conflagración mundial se lo impidieron.

Curioso caso el de algunas poblaciones del país, donde la afición al ciclismo se asentó. Caso de Ponteareas. En la primera prueba ciclista gallega que está documentada, en 1887 en Vigo, ya estaba un tal Paramés, natural de Ponteareas. Pocos años después, había otro que, quizá sin serlo, Gasca era su nombre, parece que era madrileño, pero estaba también vinculado a Ponteareas. Situaciones semejantes cabe apuntar en Porriño o en otras localidades gallegas que no corresponden ya al sur, cuna del gran ciclismo.