En la historia del club vigués sólo Vega fue internacional en Segunda División hace 71 años

V. L.

VIGO

21 ago 2007 . Actualizado a las 02:46 h.

Que un jugador de Segunda División reciba la llamada de la selección española, resulta cada vez más extraño. La última vez que esto sucedió fue en abril de 2001. El jugador que acudió a la selección fue el ahora delantero del Málaga Salva Ballesta. El punta actuaba por entonces en el Atlético de Madrid y era el máximo goleador de la división de plata.

José Antonio Camacho, por entonces seleccionador, lo convocó para un amistoso que disputó España ante Japón. El delantero se mostró extrañado y comentó en aquella ocasión «creía que jugando en Segunda no me llamarían pero se ve que me he equivocado».

Algo parecido ha debido pensar Ángel. Esto no es la primera vez que sucede en la historia del Celta. Existe un precedente que data de hace 71 años. En 1936 el céltico Vega fue convocado por la selección española. Su llamada llegó justo en el año que el Celta logró brillantemente su ascenso a Primera por primera vez en su historia al proclamarse campeón de Segunda.

Después, el inicio de la Guerra Civil detuvo la competición durante los tres años que duró. El Celta se estrenó en Primera después pero Vega ya no estaba en el equipo. Antes de Vega otros jugadores del Celta fueron internacionales sin estar en Primera División, el pontevedrés Pasarín (1924) y Polo (1926). El primero vistió la elástica roja en seis ocasiones y Polo en dos. Sin embargo, este es un caso distinto porque en esa época no existía el campeonato de Liga de Primera ni de ninguna categoría. Los campeonatos eran regionales y el Celta arrasaba en aquella década de finales de los años 20 en Galicia. Luego los célticos acudían a disputar el campeonato de España. Estos dos jugadores sobresalieron y se convirtieron en internacionales.

En la historia del fútbol gallego también se dio el caso del deportivista Chacho. Este con el club coruñés en Segunda, acudió al Mundial de Italia de 1934 con la selección española. Es el único precedente de un jugador gallego que estando en Segunda haya disputado un Mundial. La historia del fútbol moderno ha cambiado mucho y ahora ese salto resulta notablemente más llamativo.