El vino de siempre pero mejorado. El reto de los viticultores gallegos del nuevo siglo alcanza en Arbo todo su esplendor. Allí, las bodegas As Laxas investigan desde hace tres años la creación de un vino de la subzona de O Condado para aumentar su calidad. Como no todo en Rías Baixas es albariño puro, desde este municipio de A Paradanta se ha tomado el testigo para volver a colocar el vino de la comarca como un referente.
Lo diferenciará de los demás caldos de esta subzona el tratamiento que recibirá en la bodega y los porcentajes de uva de albariño, treixadura y loureiro diferentes. El estudio no es un experimento cualquiera, apoyados por etnólogos especializados esta bodega busca la fórmula exacta para desterrar de la mente que el vino de O Condado «es turbio y relegado a los bares de la zona», como apunta el responsable de As Laxas, Jose Simón Ferro.
La confianza en que otros dos años de estudio les otorgue la fórmula mágica les ha llevado ya a elaborar planes sobre la elaboración de ese producto. La intención de este nuevo vino, además, es muy ambiciosa, ya que pretende convertirse en líder de la nueva corriente en las bodegas de la zona de recuperar la variedad de O Condado. Una clase diferente frente al albariño monovarietal, por el que tanto se ha apostado en estos últimos años. La fuerte apuesta por esta variedad, no les ha impedido dedicarse en estos años a continuar con su labor productiva, que el año pasado llevó cerca de 60.000 botellas al otro lado del Atlántico. Aunque su principal punto de venta es Estados Unidos, donde llegan a 25 estados diferentes, también se puede encontrar vino de As Laxas en otros puntos como Puerto Rico.
Las exportaciones a Japón y Australia, aunque existentes, son menos importantes en la economía de la bodega, que también surte a varios países de la Unión Europea. Su trascendencia fuera de las fronteras españolas ha llevado incluso a la bodega a recoger varios reconocimientos en Francia, Italia o Estados Unidos.
Nueva cosecha
El buen recibimiento de sus vinos, un albariño monovarietal y uno de la variedad de O Condado, quedó patente en el millón de botellas que el año pasado se sacó a la calle. La cosecha de este año, pese a no ser tan abundante como el pasado, espera repetir e incluso mejorar su calidad.
Aunque todavía no es posible hacer un balance de la uva vendimiada en este 2007, en la que ayer se afanaban los trabajadores junto a la bodega, se augura una bajada similar a la que se registran en las demás productoras del resto de Galicia.