Y una producción media de 470.000 pieles. Son las cifras más relevantes del sector de criadores de visón en Galicia. Todas se citaron, de pasada porque el auditorio las conocía muy bien, en el congreso que ayer reunió en Baiona a más de 150 profesionales de Finlandia, Dinamarca, Holanda, Italia y, por supuesto, España.
Isidoro Cisneros, presidente de la asociación que aglutina al 90% de los criadores gallegos, ejerció de anfitrión, entre otros, de Miguel Palacio, uno de los diseñadores de cabecera de doña Letizia Ortiz; Pedro Zozaya, editor de Vogue, o Pirkko Rantanen y Paivi Mononen, presidenta y directora de comunicación, respectivamente, de Finnish Fur Sales.
Para el común de los mortales los últimos pueden parecer dos nombres más, pero los peleteros saben bien que no lo son, no tanto por la protagonistas en sí como por la entidad a la que representan. Y es que por la casa de subastas finlandesa, junto con su homónima danesa, pasa el 80 por ciento de la producción mundial de piel. Viene siendo lo que Christie´s o Sotheby's son al mundo del arte.
Pues sí, antes de acabar en forma de abrigo, cazadora o bufanda en cualquier escaparate de Vigo, París, Milán o Nueva York, las pieles de los visones criados y sacrificados en Galicia tienen que hacer una parada ineludible en Helsinki o en Copenhague. Allí se decide el precio de cada lote en función de su brillo, su textura... en definitiva, de su calidad.
Según Isidoro Cisneros, por lo que a estándares de calidad se refiere, la piel gallega goza de buena salud. «Estamos en la parte media-alta de la tabla comparable a la de cualquier país europeo». Una de las contadas asignaturas pendientes del sector es el relevo generacional. Los empresarios no encuentran manos jóvenes a las que pasar el testigo.
El encuentro baionés de ayer tuvo una segunda parte más lúdica. Precisamente la abrió Miguel Palacio. Directamente llegado de Nueva York, dijo que la piel está de enhorabuena porque, vaticinó, va a convertirse en un elemento imprescindible en la decoración de interiores. Añadió que es uno de sus materiales favoritos que, como mínimo, está presente en el 20% de las prendas que diseña. Más que nada porque es muy versátil y agradecido.
El desfile celebrado como fin de fiesta no hizo sino corroborar las afirmaciones de Palacio, sobre todo en el capítulo versatilidad. Por no mencionar el colorido.
De la mano de Tábatas, Makari, Araújo y Charo Carrillo pudimos conocer las pieles que vienen. Eso sí, a los veintitantos grados de temperatura que insiste en marcar el termómetro. Tábatas apuesta por la simplicidad en las líneas y la pureza de diseños. En un homenaje e la moda impuesta por Grace Kelly, combina las últimas tendencias con el estilo lady de los años 40. Para Makari este será el invierno del lujo y el derroche, de la sensibilidad y la sensualidad. El verde seco y las manchas del ocelote mexicano son los tonos elegidos para la colección. Araújo apuesta por la combinación de materiales, líneas y colores, en tanto Charo Carrillo combina piel y punto en una gama que combina grises, negros arena, chocolate y canela. En resumen, vale casi todo.
Hasta la misma puerta del club llegó ayer el tren con dos centenares de escolares ourensanos que, invitados por la Diputación de la provincia vecina, recorrieron la muestra Vapor e gasolina. Les acompañaba José Luis Baltar y les aguardaba a pie de sala Franco Cobas.
Además de ensimismarse con distintos elementos del material expuesto, los chavales tuvieron oportunidad de pasar un rato divertido con los coches teledirigidos y los karts, amén de con los vehículos de rally. Al margen de la muestra, la agenda de la Semana del Atlántico incluye hoy una conferencia sobre la figura de Eduardo Barreiros. El conferenciante, Juan Miguel Antoñanzas, conoce como nadie los entresijos de la industria automovilística, a la que Barreiros hizo el pasado siglo algunas aportaciones fundamentales.
Los premios de relato corto creado por el Concello de Redondela, que van por la octava edición, ya tienen destinatarios. Iván García Campos, se adjudicó el talón de los 1.200 euros por su obra O camiño das formigas, en tanto Xerardo Neira Pereira recibió el de 600 euros por A orella de Jenkins. De entregadora de talones ejerció Isabel Castro.