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El rey Alfonso IX, en Baiona, fue la última obra de Oliveira

J. L.

VIGO

25 nov 2007 . Actualizado a las 02:00 h.

El 14 de diciembre del año 2001, los baioneses ya podían ver el tributo que la villa real rendía, ochocientos años después, al rey que firmó su carta puebla. Ese día, no sin grandes dificultades, se colocaba en el Paseo de la Ribeira de Baiona, el monumento al rey Alfonso IX, que había esculpido Juan Oliveira y que costó al Concello 192.600 euros.

En el pedestal de este monumento se pueden leer las palabras que el monarca pronunció en el momento de liberar la villa de su condición servil y vasallaje a la que estaba sometida: «Yo os impongo el nombre de Baiona».

La operación de instalación tuvo su anécdota cuando un golpe producido por la grúa que izó el conjunto provocó la rotura de la espada del monarca, que tuvo que ser soldada, retrasando la operación hasta la tarde. Oliveira afirmó sentirse muy satisfecho porque la escultura había llegado por fin a su destino pese a las «lamentables etapas que hemos tenido que atravesar», en referencia a que el Ayuntamiento tardó en pagarle.

Esta escultura de bronce es una de las pocas obras ecuestres en las que el jinete está apeado de su caballo. Pesa 2.000 kilos y está colocada sobre una peana de más de dos metros de altura.