El Parque Nacional de las Islas Atlánticas ha recibido una inesperada y sorprendente visita en los últimos días. Un ejemplar de tiburón peregrino de más de ocho metros fue avistado por aguas de Sálvora, según comunicaron ayer los responsables del organismo que depende del Ministerio de Medio Ambiente, a los que un fotógrado facilitó imágenes del animal. No es la primera vez que ocurre, ya que el pasado mes de agosto se pudo ver otro ejemplar por las inmediaciones de la isla de Ons.
El tiburón peregrino es el segundo pez más grande del mundo. Puede alcanzar los doce metros de longitud y llegar a pesar 7.000 kilogramos de peso. Su silueta recuerda a la de un tiburón cazador, pero en este caso se trata de una especie totalmente inofensiva (no ataca al ser humano salvo que sea agredido). Es una especie protegida por diversos convenios internacionales, ya que está en franca regresión. Llega a la madurez sexual al final de su vida y tiene una baja tasa reproductiva (aproximadamente seis crías por parto, tras una gestación de entre uno y tres años y medio).
El tiburón peregrino se alimenta filtrando el agua. Nada, muy lentamente, con la boca abierta hasta hacerla redonda, y filtra el agua a través de unas inmensas branquias.