El camino ha sido tortuoso (cinco años de tiras y aflojas) pero, finalmente, Carlos Gómez y José Santiago Rodríguez, las caras visibles de Adegas Valmiñor, cumplieron ayer un sueño largamente acariciado, plantar las primeras cepas en terrenos de su propiedad. La parcela apenas suma cuatro hectáreas, pero en este caso la cantidad es lo de menos, lo que de verdad cuenta es haber puesto una imaginaria primera piedra de futuro. De ahí que los protagonistas no pudieran (ni quisieran) disimular su alegría en el transcurso de un encuentro con periodistas a pie de obra. «Tiempo habrá de ponerse serios cuando llegue el momento de saldar cuentas con el banco», bromeaba Carlos.
El terreno prácticamente abraza a la bodega; apenas con extender la mano se toca la parcela. Sin embargo, sólo desde su parte más alta puede contemplarse en su totalidad, así es que obviando la amenaza de lluvia, imponía plantarse en la cima de la ladera. Y nos plantamos. Así pudieron explicarnos con todo lujo de detalles en compañía de Vanesa Castro, la técnica agraria, dónde iban a crecer las 5.250 cepas de loureiro, las 2.625 de caíño, las 2.100 de godello y las 525 de albariño. Y, de paso, mostrarnos en la lejanía más cercana otras dos hectáreas de monte bajo que acaban de pasar a incrementar su cartera de propiedades.
Para que tanto unas como las otras empiecen a dar fruto habrán de pasar al menos cuatro años, prácticamente un tercio del tiempo que hace que nació la bodega. «En el 97 fue nuestro sueño; hoy es nuestra pesadilla», ironizaba Carlos Gómez.
Quienes le conocen saben que es un chascarrillo, más que nada porque ni él ni José se imaginan ya otra vida fuera del mundo del vino. De hecho, ayer volvieron a verbalizarlo: «Esto es apasionante, cuando te enganchas estás perdido». Sin que suene a chulería, antes al contrario, explicaron que más de una vez se les ha pasado por la cabeza la incorporación de nuevos socios. Lo han desechado siempre, para seguir haciendo lo que les da la gana, sin consejos de administración ni socios financieros que manejen los hilos. «Creemos más en la marca que en los ladrillos», aseguran.
Así es como un día se lanzaron sin red a hacer el primer monovarietal de loureiro. Las escasas 3.000 botellas que producen del L-100 (en 2009 serán seis mil) se las quitan de las manos. Ahora maduran otro innovador proyecto que, si la conjunción de astros es favorable, verá la luz este año. De momento, lo más acuciante es ampliar la bodega para pasar del medio millón de botellas actual a 800.000. La operación está prácticamente en marcha con una inversión de un millón de euros. Igual que está en marcha un acuerdo con Palm Bay, una de las más importantes firmas importadoras de Estados Unidos, lo que les garantiza duplicar las ventas en dicho país. Moraleja, lo que sobran son motivos por los que brindar.
No es la primera vez que nos visita tan televisivo tertuliano. Y no en su calidad de comentarista del mundo rosa, sino en el apartado prohibido los golpes bajos. Y es que, entre otras muchas tareas, el gemelísimo favorito de Ana Rosa Quintana se dedica a representar a organizadores de veladas de boxeo. Claro, de cierto nivel. Como la que habrá en Vigo el próximo 11 de abril, en la que Iván Pozo pondrá en juego su título. Ahí está la explicación de por qué Kiko, bronceado y embutido en un carísimo traje de firma, salía a media mañana de ayer del Concello, donde se entrevistó con Xabier Alonso, el concejal de Deportes. Volverá en abril, en este caso en el pabellón de As Travesas. Cuerpo sano. Estar tan cuadrado como Kiko requiere horas y horas de gimnasio. Claro que con muchas menos nuestro cuerpo ya nos haría la ola. Para explicar a pie de obra lo bueno que es marcarse una de yoga, de pilates... en fin, de ejercicio controlado, Santiago Pazhin abrió ayer de par en par las puertas de su casa (Urzaiz, 77) y volverá a hacerlo hoy.
La disculpa es que cumple 25 años como profesional. Con tal motivo, hubo clases de pilates gratuita. Hoy la cosa irá de mezcla, con parte de teoría y parte de práctica. La primera consistirá en una conferencia sobre los beneficios del yoga. La segunda, en sesión de relajación y meditación. La cita es a las 20 horas. Que ustedes lo mediten bien.