El incendio ocurrido hace unos pocos meses en el Casco Vello que provocó heridas a cuatro bomberos destapó un dato poco conocido por la opinión pública: cuando tienen que coger la baja por sufrir heridas en su actividad profesional padecen una importante merma de ingresos. Pocos días después del suceso el alcalde se reunía con los cuatro funcionarios y prometía que esta situación iba a cambiar. En otras palabras, que en este tipo de situaciones seguirían cobrando lo mismo que si estuvieran en activo.
La decisión fue bien acogida por un coletivo de casi 130 profesionales. Sin embargo, transcurridos cinco meses todo sigue igual. Por este motivo, la denominada Comisión de Bomberos, de la que forman parte los cuatro sindicatos con presencia en el Concello (SICO, UGT, CIG y CC OO), ha decidido acabar con la paz social que vive el Concello en los últimos años y reiniciar las movilizaciones.
No obstante, la declaración de guerra la han realizado con una semana de margen. El próximo martes volverán a reunirse y con seguridad al día siguiente harán notar su malestar. En otras palabras, que el gobierno local y el concejal de Seguridad disponen de siete días para evitar el inicio de las hostilidades. Los responsables sindicales no han querido dar pistas de la movilización que tienen en mente, limitándose a decir que «nos haremos notar».
Otras demandas
Aunque el motivo principal del enfado de estos funcionarios es el relativo al cobro de las bajas, el listado de reivindicaciones incluye otros asuntos. Uno de ellos, la demandada y hasta ahora no cumplida ampliación de plantilla. En estos momentos son 127 efectivos y el alcalde se comprometió en varias ocasiones a crear 40 nuevas plazas, algo que los bomberos vuelven a poner sobre la mesa.
Paralelamente, recuerdan al gobierno local sus compromisos para mejorar las instalaciones. Actualmente ocupan sendos parques en Teis, el principal, y en los bajos del estadio de Balaídos. Todos los grupos municipales reconocen que ambos se encuentran en muy mal estado y desde hace años existen planes para crear uno nuevo en la periferia de la ciudad, proyecto que no se ha hecho realidad.
Meses atrás el alcalde anunció un acuerdo con la Autoridad Portuaria para ubicar en la zona litoral un segundo parque que cubriría los siniestros en el puerto y también en las zonas urbanas más próximas. La ventaja para el Concello es que el coste de la inversión sería asumida por la entidad portuaria, que se garantizaría así un servicio cercano y efectivo.
Los bomberos se quejan de que nada se ha avanzado y que siguen padeciendo «unas instalaciones indecentes, muy deterioradas, en las que hay hasta bichos, caso de Balaídos. Además, cuando un camión se pone en marcha ahuma el local, con todo lo que ello supone. Es llegada la hora de que los responsables municipales tomen medidas», afirma un portavoz.