La jueza imputó al piloto un homicidio doloso, el fiscal lo rebajó a imprudente y un tercer jurista lo sacó de la cárcel
14 may 2008 . Actualizado a las 13:49 h.Los juristas llevan cuatro meses a vueltas con un debate sobre la prisión provisional del conductor Jorge Luis Sosa Mejuto, Makelele. Este joven está implicado en el doble accidente mortal de Jenaro de la Fuente del 14 de enero y conducir una moto ebrio y con el carné retirado por la Justicia el 5 de mayo, tras salir de la cárcel preventiva.
En enero, el auto de prisión preventiva para los dos pilotos implicados en el choque mortal causó debate entre los juristas. La jueza instructora entendió que no podía dejar sueltos a ambos sospechosos de disputar una carrera ilegal y les imputó un doble homicidio doloso a la espera de que la reconstrucción aclarase el siniestro.
No todos vieron allí un homicidio doloso, único cargo que justificaba su envío a prisión sin fianza. Esta imputación requiere que los implicados actúen con malicia y que conozcan los riesgos de su conducta y, pese a ello, sigan adelante. La fiscalía recordó que el dolo se aplica excepcionalmente a conductores kamikazes o pilotos que juegan a la ruleta rusa en viales muy transitados y con notorio desprecio hacia la vida ajena. Estos se enfrentan a penas de hasta quince años de cárcel, castigo similar al del navajero que mata a un rival en una riña en un bar.
Para la fiscalía, ambos pilotos eran culpables de un doble homicidio imprudente, que se aplica a las personas que no toman las adecuadas medidas de seguridad pero desconocen el riesgo que provoca su conducta. Se trata, por ejemplo, de conductores temerarios que causan muertes de tráfico o a los constructores que no adoptan medidas de seguridad y luego muere un trabajador accidentado. Las penas para los responsables de muertes de tráfico se sitúan entre los dos y los tres años y medio, cinco como máximo. De haber sido imputados por imprudencia desde el principio, Makelele y el otro implicado habrían podido eludir en enero su prisión provisional con el pago de una fianza. Ambos implicados pasaron tres meses entre rejas, lo que quizás redujo la alarma social y calmó a muchos indignados vecinos. Otros se preguntaron si esas medidas cautelares habían sido excesivas.
El informe posterior descartó que los conductores compitiesen. Makelele circulaba a 76 km/h con su Audi A3 cuando golpeó accidentalmente al BMW de Samuel Fiuza, el Muelas, quien iba a 110, salió rebotado y se estrelló contra el Citroën AX del matrimonio. El informe les abrió las puertas a la calle. Por poco tiempo: en mayo, Makelele reincidió y regresó a prisión. El juez que lo juzgará mañana por un delito de tráfico lo sacó el lunes de la cárcel por considerar injustificado la excusa de la alarma social para castigarle por adelantado y sin juicio.
Pero ya era tarde. Makelele se había convertido en un «peligro público» y la jueza ordenó su ingreso en prisión incondicional para evitar más delitos.