De hombre a mujer. Y no le resultó un camino fácil. Porque a Carolina Smith (38 años) su transexualidad le llevó en más de una ocasión al calabozo. ¿Cómo si una mujer más o un hombre menos le importase a alguien para el recuento humano? Lo suyo fue un sentimiento femenino desde su niñez atrapado en un cuerpo masculino. Pero rompió las ataduras sociales en una época en que se confundía la identidad con la orientación sexual. Y acaba de ganarle el pulso a la burocracia. -¿Cuándo decidió que su identidad sexual era femenina? -A los 16 años tomé la determinación porque me sentía mujer. -¿Cómo fue la transformación? -Fue mediante un tratamiento hormonal, con la ayuda de una cirugía de pechos, aunque no me sometí a la operación hasta los 24 años. -¿Alguna operación más? -No. La cirugía de reconstrucción genital no la hice, ni tengo intención de hacerla. -¿Qué nombre ponía en su DNI? -Avelino Graña Garvi. Varón. -¿Y ahora? -Desde hace un par de meses conseguí una reasignación de sexo y ya figura mi nuevo nombre como Carolina Graña Garvi. Mujer. -¿A qué se dedica? -Soy artista de variedades. -¿De qué tipo? -Transformismo. -¿A qué personajes escenificó? -Evita, Mónica Naranjo, Nina, Paloma San Basilio, Rocío Jurado... -¿Dónde actuó? -En locales de Vigo y otras ciudades españolas, además de Oporto, Lisboa y Budapest. -¿Alguna incursión en el cine? -Sí. Fui prostituta como figurante en la película Todo sobre mi madre de Pedro Almodóvar. -¿Cómo se fijó en usted? -Por mediación de una amiga, cuando vivía en Madrid y hacía mi espectáculo en el año 1999. Fui a su oficina y me contrató. -¿Recuerda algo de las escenas? -Iba vestida con un abrigo de visión abierto, luciendo un tanga. Estaba casi desnuda y cruzaba una calle, como una prostituta. -¿Cuánto cobró? -Me pagaron 100.000 pesetas. -¿Proyectos? -Actúo en el Tour Last Nicht que organiza Pablo Antúnez, del gimnasio O Castro. Y por mi cuenta.