De La Peña se desintoxica de la política a través de la literatura

Soledad Antón soledad.anton@lavoz.es

VIGO

15 ago 2008 . Actualizado a las 03:13 h.

Son los años que cumplió el pasado enero el ex alcalde de Baiona. Tan redonda fecha le pilló escribiendo, «clarificando las propias ideas», según confesó ayer a propósito de la presentación en sociedad de El plumaje del tamarindo, el libro que a la postre ha salido de la catarsis. Un ejercicio de memoria, según explica en el segundo párrafo. Es también «una voluntad de fijar la atención, parar, sobre todo parar, y reflexionar. No para combatir, no para convencer. Sólo para entender y explicarnos», escribe.

Es el resultado de poner negro sobre blanco las cosas que le gustan, que le apasionan y con las que disfruta extramuros de la política, faceta que sigue cultivando allende la primera línea de combate. De momento. «En cierta forma escribir ha sido como una desintoxicación de la política», asegura.

Me corrige cuando le pregunto si ya está en las librerías la publicación. «No está pensada para llegar a las librerías. Es una autoedición para los amigos, fundamentalmente los que rodean el pequeño mundo de Baiona». Uno de los primeros de esa lista de amigos en recibirlo fue Uxío Labarta. De hecho, le llegó cuando el puñado de folios todavía no había tomado forma de libro. Así no es de extrañar que, invocando esa amistad que cultivan desde hace 25 años, curiosamente nacida al calor de otro libro, A Galicia Mariñeira, le pidiera que ejerciera de presentador. Y ejerció, entre otros, ante Eduardo Riestra, Delfin Fernández, Camilo Campo...

Contó Uxío que el lector descubrirá a un Luis Carlos distinto, con pasión y criterio por la pintura (Esteban Vicente, Cézanne, Pablo Palazuelo...) o por la literatura (Susan Sontag, Arthur Miller, Günter Grass...), con especial querencia por los escritores americanos. «Es una colección de ensayos en los que se refleja su personalidad, la visión de sus intereses más allá de lo que puede ser conocido».

Corrobora De la Peña que los textos tienen una gran carga autobiográfica. No faltan recuerdos de la infancia, influencias paternas... «He clarificado mis propias ideas a través de artistas que me gustan», dice. Y añade: «A quienes nos cuesta expresar nuestros sentimientos, nos es más sencillo tratar de escribirlos», dice. Pues expresados quedan. Los sentimientos, digo. Los gustos termales de Gogol Bordello. El grupo neoyorkino, que actuó el martes en Madrid, dio anoche el pistoletazo de salida a las fiestas de Vilagarcía. Antes de abandonar la capital pidieron consejo sobre posibles lugares en los que tomarse un respiro antes de volver al tajo. Así fue como terminaron entregados a los placeres termales del Balneario de Mondariz.

Lo primero que hicieron el miércoles nada más bajar del autobús fue enfilar el Palacio del Agua. Sólo después de hora y media de saludables y divertidos chapoteos en los que, además de la banda, participaron los técnicos de sonido, iluminación... En suma, el equipo al completo, optaron por deshacer el equipaje.

Ayer dedicaron el día a oxigenarse por los alrededores, especialmente por el «wonderful» camino del río. Y a ponerse en manos de masajistas faciales y corporales. Es decir, a alimentar todos los sentidos. El del gusto también, como pudieron comprobar en uno de los restaurantes de la zona.

Cualquiera diría que chicos y chicas de gustos tan relajados, que han tocado alguna vez con Madonna, puedan transformarse como lo hacen en cuanto suben al escenario. Desde el primero, Eugene Hutz, al último, Eliot Ferguson, pasando por Elizabeth Sun, Pamela Jintana, Sergey Riabtsev, Yuri Lemeshev, Thomas Gobena y Oren Kaplan.