Por el empeño de Madrid, parece que el candidato a la Xunta es el alcalde de Vigo y no el aspirante del PSOE a la reelección
18 ene 2009 . Actualizado a las 02:00 h.Caballero y Touriño escriben las páginas de la historia electoral del PSdeG desde 1997. Los dos dirigentes se sucedieron desde entonces en el cartel de los socialistas gallegos en los comicios autonómicos, e incluso ambos compartieron escaños en la quinta legislatura. Esa casualidad no favoreció que fraguase una sólida amistad, más bien al contrario, pese a sus antecedentes académicos comunes. Fue precisamente Touriño el primero que pidió la dimisión de Caballero cuando éste obtuvo el peor resultado cosechado por el PSdeG en unas autonómicas en Galicia. Y fue el alcalde quien planteó lo mismo cuando el ahora presidente de la Xunta perdió su primer combate contra Fraga.
Pero la llegada de Caballero a la alcaldía forzó una tregua. Sin embargo, desde hace un tiempo parece que en Madrid quieren hurgar en la vieja herida. Primero fue la designación de Carmela Silva como portavoz del Senado sin consultarlo más que lo justo y en el último minuto al secretario general del PSdeG. Y ahora, una sucesión de visitas ministeriales a Vigo están haciendo de la ciudad y su alcalde el referente de la precampaña en su partido. Las visitas en una sola semana de Magdalena Álvarez, Elena Espinosa y Elena Salgado, las tres sin presencia de Touriño y nada más que breve y testimonial compañía de representantes de la Xunta, evidencian que algo está pasando justo después de que los equipos electorales del PSOE de Galicia y Madrid chocasen la semana pasada en el mitin que Zapatero dio en Ourense. Una discusión sobre si el acto lo cerraba el presidente del Gobierno central o el gallego ha dejado poso y notable malestar interno.
Touriño quiere alejarse lo más posible de la crisis y por ello del Ejecutivo central. Y ese alejamiento no gusta demasiado a sus compañeros de Madrid. Por eso quizás las visitas a Vigo y el ensalzamiento sin límites del alcalde Caballero que las ministras han hecho en sus comparecencias, anunciando además que volverán a la ciudad en breve para seguir apoyando al regidor. Pareciese que es él quien se presenta a las elecciones de marzo, pero todavía lo parece más cuando es el propio Gobierno quien se afana en contradecir a su candidato a la reelección.
Touriño dice que es inminente la ampliación de Rande y la autopista... pues la ministra de Fomento viene y dice que está muy verde. Touriño anuncia que la nueva depuradora estará en funcionamiento en el 2011... pues va el Gobierno y dice que hasta el 2012 no estará acabada. Los retrasos de la Ciudad del Mar, o las dudas sobre el AVE de Portugal, no son más que otros frenos en las ruedas de Touriño, como el que Fomento acaba de ponerle al afirmar que la avenida de Madrid «parece un campo de concentración». Pues fue Touriño quien a principios de los noventa bendijo su remodelación como secretario general del Ministerio de Obras Públicas con una visita a la obra junto a la entonces concejala Dolores Villarino. Ahora falta ver cómo se porta el Gobierno central con Citroën. Touriño ya ha dicho que espera que sea para Vigo una buena parte del dinero del plan contra la crisis de la automoción. Veremos.