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«Hay pocas mujeres mecánicas, pero no es porque se manchen las manos»

La Voz VIGO |

VIGO

Dice que, si no fuese por la ITV, muchos no llevarían sus coches a reparar; otros cambian ellos mismos el aceite de sus automóviles en la calle para ahorrar

04 may 2009 . Actualizado a las 12:31 h.

Xulio Vázquez Nunca se ha pasado de rosca. Tampoco le sobra ni le falta ningún tornillo. Compañero inseparable de la llave inglesa y del mono azul. Es doctor en su materia. Domina la mecánica del automóvil como el mejor médico de cabecera la medicina general. Pero Manuel Rodríguez Rodríguez (49 años) no precisa de un fonendo para auscultar a sus pacientes. Casi siempre le basta con escuchar los ruidos para emitir un diagnóstico. Atiende en Talleres Gex (Doctor Carracido, 136) cualquier marca de automóvil. Sus clientes no nececitan anotarse en lista de espera. Y les dedica todo el tiempo que precisen hasta solucionarles la avería. Podría reparar hasta un «escarabajo». Pero, si le llevasen un cangrejo, seguro que es capaz de cambiarle la marcha atrás. -¿Qué es más caro, ir al médico o venir aquí con el coche? -Depende del tipo de la reparación que se haga, pero sigo considerando que resulta más caro el médico, a pesar de que casi todos los pacientes disponen de la Seguridad Social. -En una película, Tony Leblanc, haciendo de mecánico, abre el capó de un coche, aprieta un tornillo y le cobra mil pesetas. Se lo recrimina el cliente, por entender que era mucho por apretar una tuerca. El actor responde que en su taller los tornillos los aprieta gratis, pero que le cobrado las mil pesetas por saber cuál apretar. ¿Sigue funcionado así? -Sí, casi, casi... Pero ahí está el quid de la cuestión, porque hay que saber cuál es. -Aparte del oído, ¿qué herramientas utiliza para detectar una avería? -Tengo un aparato que identifica los sonidos de los coches con la avería en cuestión. Lleva unas pinzas de colores, las voy colocando en el vehículo y consigo averiguar si procede de una bomba de agua, un alternador... Pero casi lo podría hacer al toque. -¿Existe el enfermo imaginario, el automovilista que siempre le nota algo raro a su coche? -Sí, también lo hay. Incluso después de hacerle la reparación. -Hay quien es muy reacio a cambiar de médico. ¿También sucede con los mecánicos? -Es lo que quiero, fidelizar a mis clientes, que confíen siempre en su mecánico. Pero nos tratan peor, porque no estamos doctorados. -¿Pero aprendió practicando? -(Risas). Sí, desde los 15 años y ya llevo 24 en este profesión. Es fundamental que te guste. -¿Ya le gustaba hurgar en los tornillos de pequeño? -Desmonté unas cuantas bicicletas y las dejaba nuevas. -¿Está preparado para una operación a corazón abierto? -Puedo abrir un motor y volver a montarlo pieza por pieza. Además funciona. -¿Cuál es la enfermedad más común de los vehículos? -Depende de la marca, porque casi todas tienen su parte flaca. -¿Y lo de la gripe porcina? -(Risas). Pero sí, hay quien tiene el coche como un cerdo. -¿La clave para que dure? -Un buen mantenimiento. Los excesos no son buenos. -¿Lo que más se estropea? -El embrague, y es lo más costoso. Dura lo que quiere el que va al volante porque, si es torpe conduciendo, lo quemará mucho antes. -¿Se «automedican»? -Sí. Y, con la crisis, más. Hay quien le cambia el aceite en la calle para ahorrar. Otros me preguntan, cuando le hago un presupuesto, si es necesario o si le aguantará algún tiempo. La gente aprovecha más los coches que tiene, pero solo arreglan lo imprescindible. Si no fuese porque los obliga la ITV, esto sería un caos. -¿Suele dar consejos? -Siempre, porque es muy importante el trato con los clientes. -¿Nunca recetó pastillas?

-(Risas). Sí, las de los frenos. -¿Mecánico es solo masculino? -Hay pocas mujeres mecánicas, pero no es porque se manchen las manos. Es por tradición.