El eje Paseo de Alfonso-García Barbón quedó sin vigilancia durante el cambio de turno de los policías
16 may 2009 . Actualizado a las 02:00 h.«Pido disculpas a los vigueses por lo ocurrido. No volverá a pasar». Abel Caballero se vio ayer en la tesitura de tener que disculparse ante los ciudadanos que lo eligieron alcalde hace un par de años debido al enorme atasco de autobuses que se produjo en el eje García Barbón-paseo de Alfonso al mediodía. La falta de vigilancia policial provocó un desorden completo a raíz del cual los autobuses de Vitrasa y otros de transporte escolar junto con los taxis quedaron bloqueados.
Este incidente empañó en gran parte el estreno de una medida sin precedentes como es la completa eliminación del tráfico privado entre ambas calles, única medida que han puesto sobre la mesa los técnicos para poder humanizar la calle Elduayen, la más angosta de todas. Al margen de este hecho, la jornada transcurrió con retenciones esporádicas, principalmente en las calles que se han convertido en alternativas a las clausuradas.
Caballero destacó que el bloqueo duró 45 minutos, aunque en realidad pudieron ser algunos más. En ese tiempo una larga fila de autobuses de Vitrasa quedó varada en ambas direcciones, sin poder avanzar ni retroceder. Este colapso indignó a los cientos de pasajeros de Vitrasa que comprobaban como pasaban los minutos sin que los vehículos pudieran avanzar.
El alcalde calificó lo ocurrido de «dificultad seria» y para evitar que vuelva a repetirse convocó ayer una reunión urgente con los máximos responsables de Vitrasa y de la policía local en la que participó igualmente el concejal de Seguridad y Tráfico. En el encuentro se analizó este extraordinario atasco y se diseñaron las medidas para evitar que vuelva a repetirse.
Lo cierto es que durante el día de ayer las cosas discurrieron con mayor normalidad. No se tienen noticias de atascos como el del jueves y también es cierto que la vigilancia de la policía local en la zona afectada y alrededores fue intensa durante toda la jornada.
Situación excepcional
La ejecución de docenas de obras de humanización a la vez que coinciden con la construcción de cuatro aparcamientos subterráneos ha puesto a la ciudad al límite. Son numerosas las calles afectadas y en ellas tanto los peatones como los automovilistas tienen grandes dificultades para desplazarse.
En el primer caso puede incluirse el conjunto del Casco Vello, donde los más perjudicados son los viandantes pues el tráfico rodado en el barrio histórico es escaso. Los ejemplos donde las molestias afectan principalmente a los conductores son más abundantes, aunque de forma especial destacan los proyectos de humanización que se llevan a cabo en el entorno de Povisa y en zonas del barrio de O Calvario.
No obstante, el alcalde destacó que las obras terminarán en seis meses y que para entonces Vigo se habrá transformado.