Viguesas de premio

María Conde maria.conde@lavoz.es

VIGO

07 ago 2009 . Actualizado a las 11:25 h.

El baño de oro se lo llevó ayer la Escuela Naval de Marín. El arraigo, la sinergia y la promoción que el centro de la Armada hace de la provincia pontevedresa le han valido este año la Medalla de Oro de la Diputación pontevedresa. Los premios de la provincia fueron cinco. El actor Sancho Gracia (cultura y artes), la asociación Amencer (labor social), la bodega Condes de Albarei (empresa), el Real Clube Celta de Baloncesto Femenino (deportes) y las ostreras de A Pedra de Vigo (turismo). Y la ceremonia de entrega de las distinciones fue la de mayor pompa desde que la Diputación decidió otorgarlas en el año 2005. El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo, y cuatro de sus conselleiros (Alfonso Rueda, Javier Guerra, Xesús Vázquez y Pilar Farjas), además de la presidenta del Parlamento, Pilar Rojo, arroparon al presidente de la Diputación, Rafael Louzán, en un salón de plenos abarrotado y engalanado para la ocasión. El extremado protocolo -que no pudo impedir que el acto empezase con veinte minutos de retraso- trasladó a los medios a una sala contigua, desde donde pudieron seguir la gala a través de pantallas. Emoción a raudales. Hubo muchos momentos intensos y emotivos. El primero, el que protagonizó Sancho Gracia, quien leyó su discurso de agradecimiento en perfecto gallego. «Ás veces a prensa fala de que estou de vacacións no Caribe, e estou no meu Caribe, que é Mondariz Balneario -subrayó-. Cando estou en Sudamérica, sempre me chaman galego, e me enche de honra porque me sinto vinculado a esta terra do meu pai. Non podo menos que estar orgulloso deste pobo, aínda que por circunstancias nacín en Madrid». Recalcó que mientras otras comunidades crecieron gracias al empuje «das xentes que recibiron», en el caso de Galicia fueron sus propios habitantes y los emigrantes «quenes a colocaron onde está». Y remató recitando un poema de Lorca en gallego, Danza da lúa en Santiago, «como demostración da convivencia entre culturas», tras criticar «os tempos de interesadas e arbitrarias confrontacións» en clara alusión al idioma. Otro momento emotivo fue el saludo de su madre, muy orgullosa. La meta. Al corazón llegó también la intervención de Carlos Godoy, presidente de Amencer, quien reivindicó el esfuerzo de las administraciones en materia social en tiempos de crisis, después de subrayar que «la discapacidad no es el problema, el problema es la falta de soluciones, porque peor que la discapacidad es la incomprensión y la ignorancia». Reiteró que la meta es conseguir que los paralíticos cerebrales dejen de ser meros observadores en la esfera privada «para convertirse en consumidores de bienes en la esfera pública». Y suyo hicieron el escenario las ostreras de A Pedra, María e Isabel Seoane e Isaura Pérez, acompañadas por José Carlos Cerqueiro. «¿Señor, quere ostras? Así empezamos a relación co cliente», dijo este último, quien recordó a los productores que tienen detrás «para ofrecer productos de calidade» y también a quienes no pudieron estar con ellos ayer. Por su parte, Guillermo Rodríguez, de Condes de Albarei, destacó que el premio «es un reconocimiento a toda la Denominación de Origen».

Por último, la Medalla de Oro de la Escuela Naval la recogió el almirante José Francisco Palomino Ulla, que destacó que el centro de la Armada cumplirá la próxima semana 66 años «asentada en esta Ría». «En estos años tres generaciones de jóvenes se han hecho marinos y adultos en estas aguas y rodeados de sus gentes entrañables; en estas aguas han aprendido a conocer y respetar la mar y todo se ha dispuesto para que lleguen a ser los líderes que la Armada necesita», dijo. «El paisaje, la luz, el alma de esta tierra ha ido penetrando en su juventud, para dejar un sello permanente que les acompaña a lo largo de su andadura y volver a brotar rejuvenecido en el retiro». Y apuntó que el futuro se presenta «apasionante» porque a los valores como marinos se unirá la formación como profesionales en Ingeniería Industrial, gracias a la colaboración entre el Centro Universitario de Defensa y la Universidad de Vigo.