Hace años que miles de vigueses sueñan con U2. Son tantos como los que, cada mañana, suben al campus de Marcosende a bordo de esa línea de Vitrasa: «U2: Plaza de España-Universidad». La lanzadera, hermana de la U1, que enlaza con As Travesas, tiene nombre de avión espía y de grupo global irlandés. Y su nombre ha dado para no pocas bromas: En Vigo, todo estudiante sin coche es «fan de U2».
El humor de nuestros universitarios partía de una certeza: sería imposible ver nunca en su ciudad a la banda más espectacular del mundo. La falta de un recinto apropiado para su escenario, la escasez de aforo, problemas de fechas, el coste inasumible? Todo eran argumentos para descartar un concierto como este. Pero, por lo visto, a veces los sueños se cumplen.
El grupo de Bono y de The Edge tiene fechas para Vigo en septiembre del 2010. La legión de fans que, durante años, ha peregrinado por España y Europa para ver a sus ídolos, podrá ahora quedarse en casa: los santos están en camino.
Al tiempo, decenas de miles de seguidores hacen ya planes para venir a nuestra ciudad. Vigo acaba de convertirse en noticia planetaria. Hace dos semanas, el concierto del grupo en Sevilla, también para el 2010, vendió 43.057 entradas en solo cuatro horas. En 20 minutos, se agotaron las más baratas, a 61,50 euros.
Coímbra vivió un fenómeno similar, que obligó a la organización a programar un segundo concierto. Muy pronto, Vigo podría estar viviendo una locura como esta. Y el nombre de la ciudad disparándose en los buscadores de Internet por toda Europa. Habrá quien considere el precio excesivo. Tal vez, un despilfarro. No lo es. Esto es apostar por lo mejor. Y lo mejor da los mejores réditos, tanto económicos como de promoción. Por lo que cuesta U2 pueden traerse cuatro bandas de media categoría, pero no solo no tendrían su impacto mediático, sino que las gradas estarían vacías.
Hace años, asistí a dos conciertos en Balaídos titulados Afroamérica. Tracy Chapman, B.B. King, Tito Puente, Celia Cruz, Ketama? artistas como para atraer a mucho público. No éramos ni mil personas. Eso es tirar el dinero. Esto, no. Si nada se tuerce, Vigo dará la mayor campanada de su historia. Muy superior al impacto de los Stones. Un revulsivo, además, para la hostelería local. Una oportunidad para vender ciudad y atraer al turismo. U2, en Vigo, va a dejar de ser solo una línea de autobús.
eduardorolland@hotmail.com