Las dificultades económicas por las que atraviesa la plantilla han tenido su eco, tras la información publicada en La Voz la pasada semana, en las gradas del Pabellón de Bouzas durante el último partido de los vigueses frente al cuadro catalán del Vendrell.
Durante buena parte del encuentro los aficionados proclamaron gritos en los que exigían al nuevo presidente que cumpla sus compromisos con los jugadores. «Míchel, págales», fue la frase más escuchada entre el respetable.
«No tiene que pagar Míchel, tiene que pagar el club. Si alguien se confunde pensando que este es el club de Míchel, está equivocado», destacaba Urdiales en su comparecencia pública.
El silencio del presidente
Pese a lo grave de la crisis, ni un solo mensaje de Míchel Salgado, que pasa sus días en el Blackburn Rovers inglés. Ni a la plantilla, ni a los aficionados del club. Silencio sepulcral. De hecho, Urdiales ha querido anteponer en todo momento al club sobre la aportación del futbolista. «La polémica de Míchel es secundaria para mí. A alguien que nos ayudó desinteresadamente no se le puede pedir más. A lo mejor las expectativas eran otras y no hemos podido conseguirlas».