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«Buscamos el calor en el mar y lo encontramos»

L.C.LL.

VIGO

13 ene 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

«Buscamos el calor en la roca y en el mar y lo encontramos», explica Javier Sánchez, arquitecto de Arealonga Arquitectura. El estudio está formado por los arquitectos Sánchez, Elena Simón, Beatriz González y el delineante Carlos Álvarez.

Ellos ha concebido los 3.761 metros cuadrados del edificio, distribuidos en tres plantas. En la baja se ubicará el Club de Remo, con 818 metros cuadrados, y los accesos, cafetería e instalaciones generales ocuparán otros 835 metros. En la planta primera estarán las oficinas, piscina, vestuarios y anexos con 1.198 metros cuadrados y un spa de 305,06 metros. Y en la planta segunda se ubicará un centro deportivo y de actividades de 604 metros.

En el edificio no se usarán los paneles solares sino que el 75% de la energía será térmica de origen marino y terrestre.

La actuación sobre la zona implica el derribo de una nave industrial existente en la actualidad que ocupa 664 metros cuadrados. Esta nave invade el dominio marítimo terrestre y actualmente se encuentran en ellas las instalaciones del Club de Remo que se reubicarán en el nuevo edificio.

El retranqueo permitirá dotar a la zona de una plaza que se convertirá en terraza para la cafetería que se ubicará en la planta baja. En los aledaños también se prevé la construcción de aparcamientos que darán servicio a los numerosos usuarios que tendrá la instalación. Ya hoy día resulta complicado estacionar en los meses estivales.

El edificio ideado por Arealonga Arquitectura dispone de una malla textil que funciona como colchón térmico y aporta ahorro energético al edificio. La malla está formada por un tejido de poliéster y un recubrimiento de PVC. Es un material con mucha resistencia frente al paso del tiempo y una óptima resistencia la paso de rayos ultravioletas. La malla tamiza la luz sin impedir la visibilidad al exterior.

Beatriz González asegura que este material fue patentado por Ferrari y que ahora se utiliza mucho en la construcción. En la piscina olímpica de los Juegos de Pekín se empleó un sistema parecido.

En un primer momento se pensó que el spa utilizase el agua del mar pero los arquitectos vieron que resultaba inviable. El proyecto arquitectónico salió a concurso el pasado 2 de diciembre y se presentó otro estudio, barcelonés.