El Ourense amargó el estreno de los refuerzos y fue muy superior a un Celta plagado de juveniles

V. L.

VIGO

03 feb 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

El Celta cayó con contundencia ante un Ourense que también dio oportunidades a casi toda su plantilla en el amistoso de ayer en Barreiro. Los ourensanos no estaban dispuestos a contribuir a la expectación generada por el estreno de los dos nuevos delanteros célticos, y lo hicieron ver desde el principio.

Barreal a los cuatro minutos hizo una cesión al portero rival en lo que tenía que haber sido el primero de los goles del conjunto de Fonsi Valverde. Martín tuvó otra clarísima que paró el meta Hortal. Precisamente el interior diestro culminó en gol con un taconazo un saque de esquina. El rojillo fue protagonista porque pudo hacer otro tanto más antes del descanso. La defensa viguesa había sido un desastre.

La segunda mitad no cambió demasiado lo expuesto en la primera. El Ourense fue mucho mejor ante un rival imberbe en el que del primer equipo celeste ya solo quedaba Papadopoulos, una vez que se habían retirado en el intermedio Cellerino, Sergio Ortega y Bustos, además del reciente ficbaje del filial, el central Carlos David.

Pudo terminar en goleada

Antonio hizo el segundo tanto ourensano mientras que Barreal, negado con el gol toda la tarde, estrelló un balón contra el larguero. Papadopoulos solo maquilló un marcador que Sanginés dejó en el definitivo 1-3. Los rojillos hicieron méritos para terminar goleando a los celestes que concluyeron con una edad media sobre el campo que rondaría los 18 años, a pesar de la presencia del delantero griego en el campo.