La corporación municipal se reunió el 11 de marzo sin la presencia del alcalde Rafael Portanet, que se encontraba en Madrid, negociando inversiones para la ciudad. Uno de los asuntos importantes de la sesión extraordinaria fue acordar la ubicación de una fuente luminosa donada por Cesáreo González, el productor vigués propietario de Suevia Films.
El alcalde accidental Pazos Giménez dio lectura a un informe técnico que recomendaba el emplazamiento en la plaza de España. Hasta entonces, esta puerta de la ciudad acogía el monumento a los Héroes de la Reconquista, la pieza más peregrina de la ciudad.
Desde 1947, el conjunto escultórico de Julio González Pola había presidido esta plaza, aunque no había sido su primer emplazamiento. En 1915 se colocó la primera piedra del monumento en la plaza de A Pedra, aunque su finalización no se realizó hasta años después. Una vez fallecido González Pola, la escultura fue concluida por Juan Adsuara Ramos.
En la sesión extraordinaria de la corporación, tres concejales se oposición al nuevo traslado de la pieza, que finalmente fue adoptada con los votos del resto de los corporativos. El gobierno local ordenaba así el traslado de Morillo, Carolo y compañía a la plaza de Zamora, que iba a cambiar de nombre por el de plaza de la Independencia. Para no afrentar a la capital castellana, la corporación decidió dar el nombre de la ciudad de Zamora a una de las calles que estaban próximas a abrirse en aquella zona.
La fuente luminosa fue instalada al año siguiente, y permaneció en el lugar hasta que a comienzos de los años noventa fue sustituida por el monumento a los caballos realizado por el escultor Juan Oliveira. Desde entonces, «se dice» que la fuente de Cesáreo González permanece desmontada en un almacén municipal.
Camelias
A mediados del año 1966, la avenida de circunvalación todavía no había recibido su nombre oficial y muchas personas la conocían como la avenida de Beatriz, por unas pintadas aparecidas en varios puntos del nuevo vial. El Concello plantaba, por aquellos días, numerosos camelios en las nuevas aceras. Esta circunstancia, y el valor simbólico que tiene la camelia en todas las Rías Baixas, determinó que recibiera el nombre de Camelias.