Algunos informáticos encarnan en la actualidad al legendario Espartaco. El gladiador tracio liberaba esclavos de las garras del Imperio Romano. Estos expertos de la tecnología liberan móviles, aunque sigamos dependiendo de la telefonía. David Queir Rodríguez (21 años) es informático. Trabaja en la tienda Satmovil, en el número 182 (bajo) de la calle Gran Vía. «Reparamos y liberamos todo tipo de móviles, además de la reparación de ordenadores y del chipeo de consolas», afirma. -¿En qué consiste vuestra «teoría de la liberación»? -Nada que ver con la teológica. Cuando alguien tiene un contrato con determinada compañía y, por los motivos que sean, quiere operar con otra, acude a nosotros y le liberamos su teléfono, con el fin de que pueda utilizarlo con la empresa que mejor le convenga. En muchos casos obedece a que son de prepago y descubren que hay otras firmas más baratas, por lo que vienen a liberarlo. También sucede mucho cuando se lo quieren regalar a alguien. O cuando está a punto de expirar su contrato. -¿Cuántos dejan libres al día? -Sobre una veintena. Aunque, con la crisis, acuden algunos clientes menos e incluso nos regatean. Los inmigrantes nos traen muchos móviles a liberar para enviárselos a sus familiares, sobre todo de países africanos. También vendemos teléfonos nuevos y libres, además de algunos de segunda mano, pero en muy buenas condiciones y de marcas reconocidas. -¿Qué cuesta? -Entre 10 y 18 euros. -¿Por qué esa diferencia? -Depende un poco de los modelos, porque algunos de los actuales son más complicados de liberar y se tarda más. -¿No será como el que al despertar se libera del peligro de un sueño? -(Risas). Hay dos formas de liberación de los teléfonos: por cable o por código. Con estos últimos se suele tardar uno o dos días, mientras que si es por cable se hace en el acto. -¿Y el número? -Puede conservarlo si el aparato es del mismo operador que el antiguo o si se ha liberado. Lo único que hay que hacer es cambiarle la tarjeta. Tampoco existe dificultad alguna para cargarlo. Nosotros trabajamos con la terminal del teléfono. -¿Reparan muchos? -Más que antes, quizá por la crisis.