La Escoba de Platino

VIGO

12 jun 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Nuestro amado alcalde acudió el jueves a Madrid a recoger la Escoba de Platino. Tan preciado galardón lo concede la Asociación Técnica para la Gestión de Residuos, Aseo Urbano y Medio Ambiente (Ategrus). Desde la Fundación para la Ley y el Orden, que presidía Devon Miles en la serie El Coche Fantástico , no teníamos noticia de una asociación tan misteriosa y rimbombante.

La Alcaldía se apresuró a distribuir una foto en la que Abel Caballero posa con el trofeo, con expresión un tanto decepcionada. El Balón de Oro tiene el tamaño de un balón. Y la Bota de Oro tiene el tamaño de una bota. Por desgracia, la Escoba de Platino resultó ser una miniatura, lo que impidió al alcalde darse lustre por Barajas, ante los ojos admirados de niños y mayores: «¡Mira, Pepín, aquel señor de allí es el alcalde que ganó la escoba de platino!». Y el niño, mudo, con la boca abierta.

El reducido tamaño del trofeo deslució el regreso en avión de nuestro regidor, que ya se veía armado con un escobón deslumbrante y con el aeropuerto en pie, aplaudiendo.

La única alternativa para lucirse, pese al tamaño del premio, hubiese sido olvidárselo a propósito en un asiento:

«¡Señor, señor!», alertaría otro pasajero en la sala de embarque, «Que se deja usted aquí? ¡Cielo Santo! ¡Si es la Escoba de Platino!». Caballero, disculpándose, y aparentando humildad, recogería el trofeo, agradeciendo el aplauso unánime de los viajeros, admirados ante los destellos fabulosos, irradiados por la Escoba de Platino.

Sin embargo, nada de esto se produjo. Y la Alcaldía, para compensar, envió una nota que diese categoría a la cosa. «Con la consecución de la Escoba de Platino, Vigo entra en el selecto club de las ciudades que cuentan con dos o más escobas de platino». La magnificencia de la frase no merece más comentarios. Una sentencia como esta debería estar grabada, con letras de oro, en el frontispicio del Ayuntamiento.

Por otra parte, el premio debería ser extensible a los operarios municipales, a los jardineros, a los barrenderos y a las contratas que se lo han ganado: Cespa y FCC. Pero la gloria es siempre para muy pocos, en este caso, solamente para uno.

Hay que lamentar que el alcalde se haya olvidado de felicitar a los técnicos para la Gestión de Residuos, Aseo Urbano y Medio Ambiente, antes conocidos como barrenderos . De ellos es, en realidad, esta Escoba de Platino, aunque sea miniatura. Ellos son los que soportan lo incívicos que somos sus conciudadanos. Y ellos son los que tienen la ciudad más limpia que nunca. Vaya desde aquí nuestro agradecimiento por cada día que salen a la calle a «Mellorar o Futuro», o como se decía antes: a barrer.