Ángel Rodríguez da sus primeros pasos como técnico a las órdenes del preparador catalán

J. V. VIGO/LA VOZ.

VIGO

22 jun 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Ángel Ildefonso Rodríguez Nebreda conoció a Paco Herrera hace trece años, cuando él era futbolista y el técnico fue su entrenador en las filas del Numancia. Desde entonces se estableció esa amistad que perdura hasta hoy y que les ha llevado a empezar hace una año una relación profesional de maestro y discípulo.

Ángel había llegado al Numancia procedente del Las Palmas después del ascenso de los sorianos a Segunda División, con el vigués Antonio Gómez en el banquillo. Este fue destituido y llegó en su lugar Herrera.

Los caminos de ambos volverían a cruzarse, de nuevo como entrenador y jugador, años después en el Poli Ejido y el Recreativo de Huelva. Era un futbolista de su confianza.

Ángel siempre se había sentido atraído por entrenar cuando colgase las botas, lo que hizo el año pasado, con 37 años, en el Villa Santa Brígida de Canarias. Hace un par de años se había sacado el título de entrenador en Canarias, donde tiene su residencia habitual.

El verano pasado empezó a colaborar con Herrera viendo fútbol y preparándose para cuando surgiese la oportunidad. El técnico catalán, que estaba sin entrenar, llegó a un acuerdo con el Villarreal para hacerse cargo de su filial cuando Garrido pasó al primer equipo, y se llevó con él a Ángel Rodríguez, que de momento quiere «aprender al lado de Paco unos años para coger experiencia».