Celia Freijeiro, una actriz con buena estrella

Soledad Antón soledad.anton@lavoz.es

VIGO

15 jul 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Ha sido precisamente esa personalidad lo que le ha valido a la viguesa Celia Freijeiro la Estrella de Oro del Club de Medios. «Fue una sorpresa muy agradable», me cuenta al otro lado del teléfono. Y es que los compromisos profesionales no le permiten abandonar Madrid. Tras su participación en Pelotas, la exitosa serie de José Corbacho, los proyectos han empezado a menudear. «No tengo prisa, quiero ir saboreando cada momento», afirma.

Entre otras cosas, está preparando El Imaginario de Cervantes, un proyecto del Teatro de Cámara de Cervantes que verá la luz el próximo 11 de septiembre con motivo de La Noche en Blanco, esa en la que los escenarios, tanto los habituales como otros alternativos que se buscan para la ocasión, mantienen las puertas de par en par durante toda la noche.

Celia afirma que lo que más le gustó de la velada en la que Luis María Anson le entregó la Estrella de Oro, fue el hecho de que profesionales como Francisco Cozar subrayaran que, definitivamente, se había hecho un hueco en el mundo de la interpretación. «Me dijo 'eres de esta familia' y eso es muy de agradecer». También le gustó compatir premio con Pepe Ruiz, actor con muchos trienios en escena, sobre todo en el teatro, que dedicó el galardón a esa pléyade de buenísimos secundarios que tenemos en España y que nunca aparecen en las primeras páginas.

A lo que no está dispuesta a renunciar Celia, por mucho trabajo que tenga, es a unos días de descanso en Vigo. «No podrá ser hasta agosto, pero será», me dice. Su mono de mar la empuja a aprovechar cualquier hueco en la agenda para hacer una escaparda. «Siempre, siempre, la primera petición que les hago a mis padres en cuanto llego a Peinador es que me lleven a la playa o, si el tiempo es muy malo, a la zona del Náutico, luego ya podemos irnos a casa».

Una vez en ella da suelta sin miramientos a su segunda debilidad: «¡Comer! Voy de casa en casa, de la de mi madre a la de mi abuela, luego a la de mi tía... Hacen unas cosas tan ricas y aquí [en Madrid] se come tan regular...». Pues las dos cosas la están esperando. Las cosas ricas y el mar, digo.

Medio Vigo acudió el martes y trece a la llamada del tándem Fernando Pérez-Riki López. Veinticuatro horas antes de la inauguración oficial del singular local, mitad taberna, mitad escuela-taller, el primero me aseguraba que no es nada supersticioso. Por eso eligió la fecha que eligió para abrir. Lo que no me dijo es que su lista de amigos no se cuenta precisamente con los dedos de la mano. En charla distendida tomaron la pequeña calle Londres aprovechando la agradable temperatura de la tarde.

La amistad fue precisamente la que hizo que Riki, que reside en Palma de Mallorca, se plantara en Vigo sin persarlo en cuanto le llamó Fernando. Vino a hacer esa mezcla de música y humor que borda como nadie. «Nos conocimos hace once años. Por entonces yo era un novato en esto; él fue uno de los primeros que me dio la oportunidad de subirme al escenario cuando tenía el bar Patos, así es que hoy [por el martes] tenía que estar aquí».

Dieron las diez y media de la noche y, pese a que de pinchitos no quedaba ya ni rastro, nadie parecía tener prisa por marchar. Alguién comparó Detrás do Marco con el folio o el lienzo en blanco al que se enfrentan los creadores, en los que todo está por hacer y las posibilidades son infinitas. «Esa es la idea», corrobó Fernando. Habrá que dejar, pues, pasar un tiempo antes de comprobar cómo va la obra.

Fotográfica para más señas. La viguesa María Muiña ha elegido el Club Náutico de Panxón para mostrar algunas de sus mejores fotografías sobre vela, disciplina por la que siente verdadera pasión. Fue dicha pasión la que la llevó a participar (detrás del objetivo) en dos ediciones de la Vuelta al Mundo, entre ellas, la que salió de Vigo. También estuvo en la Barcelona Wordl Race. En definitiva, se ha recorrido medio planeta cámara en ristre. A partir de hoy podremos ver en Sanxenxo unas pocas pinceladas de tanta agua y tanta sal.

La presidenta de la Autoridad Portuaria se reincorporó ayer a su despacho después del duro momento personal por el que ha pasado. Aprovechó su primer encuentro con los periodistas para reconocer que le está costando mucho empezar pero, sobre todo, para dar las gracias por tantas muestras de afecto como ha recibido.