La imagen de Silvino Silva, escultor oficial del Concello durante 37 años, se trasladó de Bouzas al almacén de Santa Cristina de Lavadores y de allí a San Paio de Navia
12 dic 2010 . Actualizado a las 02:00 h.La fuente con la imagen conocida popularmente como La Gertrudis, fue reinaugurada ayer en la alameda de San Paio de Navia, tras ser rescatada del almacén municipal de Santa Cristina de Lavadores. Con anterioridad había ocupado la alameda de Bouzas, para la que fue creada. Todo un periplo para una santa peregrina, a la que con tanto trajín, apenas le queda un trozo del bordón que testifique su peregrinaje.
Tal vez por tratarse de una inauguración de segunda mano, el acto nada tuvo que ver con los anteriores. Ni piano, ni cuarteto de viento, ni hip hop, ni coro entonando mañanitas, ni público. Todo en la más estricta intimidad de la Alcaldía y su equipo. Hasta la explicación fue escueta. Se trata de La Gertrudis, realizada por un funcionario municipal hace 82 años y retirada por Corina Porro de Bouzas para instalar una pérgola, comentó la concejala de Vías y Obras, Isaura Abelairas, quien advirtió que, por tanto, no se trataba de ninguna santa. Al preguntarle a un testigo qué había en ese espacio de Navia con anterioridad, este respondió: otra fuente rota por el botellón.
Identidad
No es extraño que con tanto ajetreo por la ciudad La Gertrudis haya perdido hasta su identidad. En realidad la imagen que soporta la fuente se corresponde con la de Santa Gertrudis, obra de Silvino Silva, escultor oficial del Concello vigués durante 37 años en la época del alcalde Portanet. La fuente fue construida con la imagen en 1969, por lo que aún dista mucho de llegar a la tercera edad, como daba por hecho la concejala.
Como modelo el escultor tomó el de una estampa de la santa que Portanet había traído de un viaje.
Para más señas, Gertrudis la Magna, que vivió durante la segunda mitad del siglo XIII, fue una monja de un convento de la localidad sajona de Eisleben, famosa por ser también el lugar de origen de Martín Lutero. Su vida transcurría normal hasta que tuvo una visión de Jesús y se convirtió en mística. Fue a raíz de ese momento cuando se dedicó a escribir libros de meditación y posteriormente la Iglesia fijó la celebración para el 16 de noviembre.
Milagro
El traslado de la escultura a otra parroquia no ha emocionado precisamente a los vecinos de Bouzas, quienes esperaban, como mínimo, una señal de la santa, cuando no un milagro. En la antigua villa marinera estaban convencidos de que La Gertrudis volvería un día a sus vidas como peregrina de esa ruta jacobea que vienen reivindicando. Esto, al margen de lo que supone para ellos la pérdida de una obra de arte.
Además de fuentes, como la de Santa Gertrudis, Silvino Silva realizó para el Concello de Vigo todo tipo de obras, tales como cruceros, bancos, escudos y peanas. Entre las muestras que dejó en la ciudad figuran los cruceros de O Castro, Castrelos, el castillo de San Sebastián, A Guía y la avenida de Castelao. También legó esculturas como Mujer cavilando en las cosas de la vida y Medrar del mundo, situadas en el monte de O Castro, así como El amor y el cariño, ubicada en Castrelos.
Su rastro traspasó las fronteras gallegas y se puede seguir por ciudades como Madrid, Valencia o Sevilla, e incluso por localidades francesas.
Una seña de identidad de la obra de Silva son los versos que con frecuencia tallaba en el granito de sus esculturas. Y es que, además de escultor oficial del Concello de Vigo, era un gran amante de la música, la pintura y la poesía. No solo gustaba de la creación de obras artísticas, sino de su conservación, lo que le llevó a restaurar cada detalle destrozado por el vandalismo o el paso del tiempo.