Gol: 1-0, min 60: Lopo.
Árbitro: Ramírez Domínguez C. Andaluz). Mostró amarilla a Marchena y Nilmar por parte del Villarreal; y a Juan Rodríguez por parte del Deportivo.
Incidencias: Encuentro disputado en el estadio municipal de Riazor ante unos 14.000 espectadores.
Aranzubia; Manuel Pablo, Lopo, Colotto, Morel; A. Tomás (Juca, min 86), Rubén Pérez, J. Rodríguez; Juan Domínguez; Adrián (Lassad, min 91) y Riki (Xisco, min 77).
Diego López; Mario, Gonzalo, Musacchio, Capdevila; Matilla (Bruno, min. 56), Marchena (Senna, min. 67); Cazorla, Borja Valero, Cani (Marco Ruben, min. 62); y Nilmar.
El Dépor logró la victoria que ansiaba y el cambio de imagen que perseguía. En un partido donde el Villarreal decepcionó de principio a fin, el equipo coruñés se mostró seguro en defensa y contundente en ataque, pues marcó en uno de sus pocos disparos a portería. Eso sí, dominó sin alardes y dejó a su parroquia la sensación de que los nubarrones del descenso se despidieron de A Coruña.
Con Juan Rodríguez como mediapunta por delante de la línea de tres pivotes (donde Juan Domínguez se incrustó por la derecha) Lotina ideó un laberinto donde el Villarreal se perdió durante buena parte del primer período. No ofreció noticias hasta el último suspiro cuando, es cierto, Gonzalo pudo desnivelar el marcador, pero Aranzubia sacó su manopla mágica para evitarlo.
El Dépor compitió sin miedo. Le discutió a su rival el dominio y, por momentos, hasta lo encerró en su campo. Juan Rodríguez, que volvía a los planes de su entrenador, se destacó por sus ganas junto a un Juan Domínguez, que por fin demostró hechuras de jugador de Primera. Defendió con acierto, profundizó por la banda y hasta centró con peligro. La mejor oportunidad del Dépor, sin embargo, llegó a la media hora, fruto de una jugada individual de Adrián, que cabalgó en estampida desde su campo, cambió de marcha para superar la línea de centrales amarillos y se plantó ante Diego López, que rechazó con las piernas su remate.
Fue el único disparo de los coruñeses entre los tres palos en toda la primera parte, aunque el defecto de la falta de profundidad ya era conocido. Además, a excepción del jugadón de Adrián, la zaga del Villarreal siempre se impuso a los delanteros locales, especialmente a Riki, sin fortuna en los uno contra uno.
El Dépor, que llegó al descanso agotado y pidiendo la hora, recuperó el pulso y sus buenas costumbres en la segunda parte. Al Villarreal le costaba un mundo acercarse al área de Aranzubia y el Dépor aprovechó su pérdidas de balón para armar contragolpes constantes. Un disparo alto de Riki se convirtió en la antesala al gol coruñés, que solo podía llegar de estrategia.
Antonio Tomás, omnipresente en ataque y defensa, botó una falta que peinó Juan Rodríguez para que Lopo, solísimo en el punto de penalti después de que sus compañeros arrastrasen a la zaga amarilla, remachase a la red. El Villarreal no tuvo respuesta.