Emocionado adiós al vigués Enrique Curiel

VIGO

04 mar 2011 . Actualizado a las 12:08 h.

Compromiso, bondad, valentía, dignidad... fueron algunas de las palabras más repetidas en el homenaje que ayer tributaron a Enrique Curiel familiares, amigos y compañeros de camino en su andadura política. Fue en el cementerio de Pereiró ante su féretro, sobre el que, por expreso deseo del propio Curiel, se depositó una bandera del Partido Comunista y una rosa.

Carmen Muro, su mujer, abrió el acto con una breves y emotivas palabras: «Este es un homenaje a un hombre bueno y valiente, que ha querido a este país por encima de todo y que ha sido compañero de sus compañeros. Siempre seré la mujer de Enrique y le querré siempre».

Intervino a continuación José Cameselle. Lo hizo en sustitución de Fernández Toxo, al que una cita ineludible en Ferrol obligó a abandonar el cementerio antes de lo que él hubiera querido. Su amistad venía de antiguo, por eso aunque fuera siquiera por unos minutos quiso estar en Vigo para abrazar a Carmen. Recordó Cameselle las muchas vivencias compartidas con la libertad y la justicia social como objetivo, hasta el punto de que «se nos pegó su manera de hacer las cosas».

Xosé Manuel Beiras, que empezó pidiendo disculpas por tener la osadía de aceptar la invitación de intervenir, y que se refirió a Curiel como Petit (así le llamaban los amigos), hizo hincapié en la idea común que les unió, pese a militar en diferentes trincheras políticas. Valoró especialmente su compromiso activo en un combate que no puede rematar nunca, y recordó que siempre puso los principios éticos por delante de cualquier otro objetivo, «aunque tuviera que ser rebelde frente a las organizaciones».

«Honradez política» era la característica que, según Abel Caballero, definía a Curiel, del que también dijo que había sido un adelantado en todo.

Cuando parecía que el homenaje había rematado, un viejo amigo de la familia leyó un poema de Gabriel y Galán, El Vaquerillo, lectura que, dijo, había compartido otrora con el propio Curiel.

Entre los muchos amigos y compañeros que se acercaron hasta Pereiró, además de los citados, estaban Carlos Núñez, Camilo Nogueira, Emilio Pérez Touriño, Antía Cal, Álvarez Gándara, Antón Louro, Anxo Guerreiro, Jesús Bahíllo, Alonso Montero, Waldino Varela, Manel Fernández, Lola Galovart...