Reválida con el futuro en juego

x.r. castro VIGO / LA VOZ

VIGO

El Celta está obligado a sacudirse el estigma de Balaídos ante el Valladolid

09 abr 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

La necesidad se da cita en Balaídos. El Valladolid llega en plena escalada, pero no le alcanza; el Celta se ha frenado en un marzo horrible, pero en la primera contienda de abril ha vuelto a recuperar sus mejores sensaciones que hoy debe refrendar con un triunfo que se le ha negado en Balaídos en sus tres comparecencias anteriores. Ninguno de los dos tiene margen de error.

Por eso el partido de esta sobremesa, casi con horario de Premier, en el coliseo celeste tiene colgada la etiqueta de final. El Celta dio un paso al frente en el Villamarín empatando con nueve, pero lo debe refrendar en casa, en donde presenta sus peores números y en donde se va a jugar un porcentaje altísimo de su futuro.

Aunque todo el mundo apueste por mirar hacia adelante, los tres reveses anteriores exigen movimientos. El Celta ha perdido llegada desde que la maldición de los laterales, que viniendo desde atrás alimentaban el factor sorpresa. Por eso Paco Herrera no cierra la puerta a un ataque más creativo. Quizás sea el momento de que Bustos se multiplique en la contención y que Álex López dote de mayor creatividad un centro del campo en donde la llegada de Michu desde la segunda línea se hace necesaria.

Atrás, todo apunta a que Falcón recuperará la titularidad en la portería y que Vila desplazará del centro de la defensa a Sergio Ortega, aunque Paco Herrera no ha confirmado ninguno de los extremos. Esta vez mantiene el suspense.

Sin embargo, el momento de forma del visitante invita a la prudencia. El Valladolid ha superado una larguísima travesía en el desierto, que le llevó incluso a la antesala de la zona de descenso, para iniciar una escalada que le coloca a las puertas del play off. Los pucelanos tan solo han perdido un encuentro de los últimos nueve disputados, han aprendido a sumar a domicilio, una de sus rémoras, y después de mucho tiempo parece que Abel Resino ha dado con la tecla. Su principal peligro se llama Javi Guerra, uno de los artilleros de la Liga con 19 dianas que se encuentra inmerso en la lucha por el Pichichi.

A mayores aparece el recelo arbitral. La plantilla céltica estalló tras los sucesos de Sevilla, la federación de peñas ha anunciado una calcetinada para esta tarde en señal de protesta y la contienda ante el Valladolid evaluará si romper la ley del silencio surta efecto. Curiosamente dirigirá la contienda el único colegiado, Pérez Montero, que en 32 partidos ha pitado un penalti a favor de los celestes, aunque de eso hace ya siete meses. Un mundo.

El partido marca además el inicio de la cuenta atrás, las famosas diez últimas jornadas a las que el Celta jamás llegaba enganchado. Este vez llega muy vivo, pero con un margen de error limitado. Tanto, que Herrera cifra en dos tropiezos el máximo de deslices para que el equipo vigués pueda hacerse con una de las plazas de ascenso directo, y en esa hoja de ruta no parece lo más aconsejable desperdiciar la primera bala en el inicio del esprint final. Ganar significaría además meter presión al dúo cabeza.