Los socialistas ultiman el diseño del gobierno de la ciudad tras la decisión de sus hasta ahora socios nacionalistas de pasar a la oposición. Aunque las fuentes consultadas insisten en que Caballero confiaba hasta el último momento en que mantuvieran la coalición, en el seno del PSOE diseñaban a la vez un gobierno integrado en exclusiva por los once ediles socialistas.
Según fuentes municipales, el alcalde cuenta con sacar adelante el presupuesto del año próximo en plazo intentando un acuerdo con el Bloque, la solución más sencilla. Sin embargo, en caso de no lograrlo utilizará el mecanismo previsto en la ley de grandes ciudades. Esta norma contempla que los presupuestos rechazados por una mayoría de la corporación puedan ser llevados de nuevo a pleno ligados a una cuestión de confianza.
En tal supuesto, si vuelven a ser rechazados los opositores disponen del plazo de un mes para presentar una moción de censura. De no hacerlo, transcurrido dicho período entrarían en vigor pese a la votación negativa. El riesgo, evidente, es que se pueda así forzar una ahora improbable moción de censura suscrita por PP y BNG, como la que acabó con Ventura Pérez Mariño en el 2003.
Caballero estudia estos días el nombramiento de tres ediles no electos, el máximo posible. Este refuerzo unido a los once elegidos el 22-M le permitirían gobernar la ciudad con un equipo reforzado integrado por catorce ediles. Durante estos cuatro años el gobierno lo integraban nueve socialistas, cinco nacionalistas y un concejal no electo por cada grupo: José Manuel Mariño (PSOE) y Eudosio Álvarez (BNG).