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Nápoles ensaya playas artificiales que podrían valer para A Laxe

e.v.pita VIGO / LA VOZ

VIGO

El gran puerto italiano sitúa diques con arena paralelos al paseo marítimo

18 jul 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

El paseo marítimo de Vía Partenope, en la bahía italiana de Nápoles, que une el Castel dell?Ovo con Mergellina, no solo acoge hoteles de lujo y discotecas. El kilométrico malecón tiene otro atractivo: playas artificiales en pleno centro de la ciudad cuyo diseño podría valer para la zona portuaria de Vigo, en A Laxe o el Auditorio.

La idea que han puesto en marcha los napolitanos consiste en levantar diques de rocas, de 200 metros de longitud, paralelos al paseo marítimo. Están alejados 100 metros de la costa, lo que permite que circulen las corrientes en el espacio intermedio, los técnicos han vertido arena fina negra hasta el tope. El resultado ha sido la creación de un istmo artificial arenoso que une el paseo con el dique. Queda así una superficie de ocio y esparcimiento de 6.000 metros cuadrados a mayor altura que las mareas. La miniplaya creada, del tamaño de un campo de fútbol, es suficiente para que los bañistas tienden la toalla en la arena, tomen el sol o se den un chapuzón. Todo un lujo en pleno centro urbano y rodeado de coches. Al menos, un arenal prefabricado ya está abierto al público en Mergellina y cuenta con duchas.

En los demás diques sin arena, algunos nadadores se aventuran a hacer un par de largos.

En Vigo, hay cuatro zonas céntricas que podrían reunir dichas condiciones pero, a diferencia de Nápoles, existe un importante tráfico marítimo que reduce la calidad del agua.

La primera zona adaptable para una playa artificial en el entorno de A Laxe, los pantalanes del Náutico, el atraque del transporte de la Ría, la estación Marítima y las viejas naves de pesca de O Berbés. Supondría un atractivo añadido para los turistas que se bajan de los trasatlánticos. El calado del Náutico, donde están los pantalanes de los veleros y yates, es el más bajo. Ayer mismo, con marea en mínimos, se podía ver el fondo, aunque enlodado. Haría falta dragado y limpieza.

Las otras dos zonas céntricas aptas para una playa artificial sería el muelle infrautilizado frente al Auditorio, que antes ocupaban las dunas de Beiramar, y los laterales de los astilleros, aprovechando sus rampas en pendiente. El problema de estos asentamientos es la elevada contaminación, los vertidos de residuos urbanos y de los talleres de reparaciones de barcos, así como el denso tráfico de pesqueros de la Lonja.

El último sitio apto sería el paseo marítimo de la Zona Franca, frente el Museo del Mar. Con esos diques paralelos, se podrían hacer calas anexas a la playa de Bouzas.