«Mientras el semáforo está en rojo hago malabares y recojo las propinas»

xulio vázquez VIGO / LA VOZ

VIGO

06 sep 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Hace malabarismos con las manos disfrazado de payaso. Es su número para sobrevivir a la crisis. Pero Renato Domínguez (32 años) soporta bien su careta. Además, tampoco tiene que ocultar fracaso alguno con risas y alegrías, como el de la canción de Falete. Una actuación en plena calle y, el más difícil todavía, el tiempo de duración se lo marca el cambio de un semáforo. El público: los automovilistas, y alguno con el pie en el acelerador. Sin embargo, aún le da tiempo para recoger las propinas.

-¿Con cuántas mazas es capaz de hacer el malabarismo?

-Con cuatro, pero en los semáforos, ante los automovilistas, solo utilizo tres, porque quiero asegurar el número, para que no se me caigan. Suelo estar por las plazas de España y América.

-A ritmo de semáforo, ¿no cree?

-(Risas). Así es. Mientras el semáforo está en rojo hago malabares y recojo las propinas. Lo tengo todo bien cronometrado. Requiere rapidez y seguridad porque, si se me cae una maza al suelo, entre recogerla y volver a empezar, ya no me quedaría tiempo para pasar la gorra.

-¿De dónde le viene esa vena de payaso?

-De Brasil, que es mi país de nacimiento, aunque no se me nota en el acento, porque ya llevo aquí más de veinte años. Soy hijo de gallegos. Allá hacía el payaso Lixo, pero aquí le cambié el nombre por el de Tururú. Me lo inspiró aquella canción de Peret Borriquito como tú.

-¿Qué tal se comportan los automovilistas?

-Muchos incluso me aplauden, además de darme alguna propina, incluso gente que pasa por la acera. Pero también hay el típico que me llama payaso o hace sonar el claxon. También hay quien hace que no mira, para no dar la propina. Pero esto es como el Circo del Sol, pero gratis. Todo el mundo puede mirar, además yo no voy de pesado para conseguir alguna moneda.

-¿Y cómo le va?

-Estoy sin trabajo y con esto logro subsistir, que no está nada mal. Lo máximo que me tienen dado son dos euros, aunque lo normal es que me echen 50 o 20 céntimos.