Casa desolada... a veces

b.r. sotelino VIGO / LA VOZ

VIGO

La exposición sobre Tamara de Lempicka celebrada en el 2007 en Vigo batió récords de visitas.
La exposición sobre Tamara de Lempicka celebrada en el 2007 en Vigo batió récords de visitas.

El espacio de responsabilidad municipal ofrece una programación errante en la que la falta de criterio es la primera apariencia

23 sep 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

No es propiamente un museo, pero sí un enorme espacio cultural de titularidad pública desde que a mediados de los 80 dejó de custodiar billetes (fue la sede del Banco de España) para desde 1990 dar cobijo a riquezas creativas. El edificio racionalista datado en 1939 es un privilegiado espacio que aparentemente no cuenta con un criterio definido ni una dirección específica.

Por eso, quizás, dependiendo de la oferta de la temporada, pasa de ser un atractiva propuesta o un batiburrillo sin sentido. La estancia principal y más grande es la planta baja, dedicada, como el primer piso, a exposiciones temporales. Así, en este momento acaba de clausurarse una selección de arte contemporáneo de la Bienal de Vilanova de Cerveira, con obras de siete artistas lusos, y acaba de abrirse una muestra a la que el nombre le viene grande, ya que dos rectángulos de cartón con paneles informativos y datos apelmazados no debería llamarse exposición. La escasez de imaginación y ganas queda patente en la penosa exhibición Emigración de mujeres valientes. Valiente homenaje el perpetrado por una organización en la que participan, increíblemente, el Secretaría de Estado de Igualdad y en Instituto de la Mujer.

Magníficas exposiciones

Sin embargo, por la Casa das Artes han pasado magníficas exposiciones temporales que han dejado huella, como la que albergó en el 2007 una antológica dedicada a Tamara de Lempicka (primera en España) que fue visitada por más de 65.000 personas, la de Fernando Botero el año siguiente, o la de Maruja Mallo en el 2009. Las tres contaron con el patrocinio de la Fundación Caixa Galicia, lo que demuestra que, con ayuda externa, la casa mejora. Aún así, el edificio ha dado cobijo a excelentes propuestas protagonizadas por artistas como Antón Patiño, Darío Basso, Menchu Lamas o Solveira, y fotógrafos como Pacheco. Lo que no cambia es la colección permanente formada por las 67 obras que el pintor Luis Torras donó a la ciudad, un pequeño tesoro en un digno espacio al que le falta algo de documentación sobre el autor, aunque a la entrada se recoge una sabia frase del artista en la que más o menos viene a decir que más allá de la erudición de cada uno, el ser humano posee un sentido estético y lo importante es saber ver.

chequeo a los museos de la ciudad 9 | casa das artes