
Una borrasca desarboló la nave cuando entraba en la ría de Vigo, y la arrojó a Portugal. Su salvación fue atribuida a la Virgen del Pilar
07 ene 2012 . Actualizado a las 07:00 h.Con la ayuda de unas dornas, el galeón Santiago, capitana de la Armada de Flandes, entraba en la ría el 28 de enero de 1679. Su aspecto mostraba las peripecias vividas en los últimos días. Sus penas habían comenzado la noche del 17 de enero cuando trataba de entrar en la ría. El Santiago era el buque insignia de la flota de Flandes, que había salido de Cádiz el 22 de diciembre. Las dificultades ya habían comenzado en el cabo San Vicente, cuando «unos nortes recios» la obligaron a mantenerse hasta el día 12 de enero. El resto de la travesía hasta Vigo fue complicada ya que la capitana se había alejado del resto de la flota, quedando aislada con el galeón San Ignacio y un pingue «que llevaba árboles», según se puede leer en La Gazeta del 14 de febrero de 1679.
En la noche del 17 de enero, «se levantó de improviso una mar tan gruesa y campanuda de Noruega que (atravesada la Capitana de España a ella, por no gobernar) de una cabezada la desarboló el bauprés y el trinquete, y de allí a poco rato, de un balance, el árbol mayor por la afogonadura, casi a raíz cuyo espantoso accidente hizo bien experimentar la misericordia divina en no haberse abierto el galeón y no haber ocasionado muerte a nadie, ni daño en una astilla».
El gobernador general de la Armada era el primer marqués de Villafiel, Fernando Carrillo Muñiz de Godoy y Manuel, de 50 años de edad, y que unos meses después sería nombrado gobernador de la Armada Oceánica. Este noble tenía todas «sus navegaciones y cosas» encomendadas a la Virgen del Pilar. Y a esta invocación achacaron que el navío se salvara de semejante borrasca. «Llevola el viento así destrozada sin más guías que las otras atropelladas (pero guiadas de la columna celestial) a la playa de Porto a Porto, costa de Portugal». Y es que el barco sin gobierno y a merced de los vientos del norte llegó hasta Matosinhos. donde fue auxiliado por el conde de Miranda, gobernador de la plaza y armas de Porto.
Con ligeras reparaciones, pero todavía muy afectado por el mal tiempo sufrido, el Santiago puso rumbo nuevamente hacia la ría de Vigo.
Días antes, tras perderse del resto de la flota, cinco navíos de la flota de Flandes habían arribado a Vigo. Poco después, salieron a la mar en búsqueda del galeón Santiago varias dornas viguesas, dispuestas por el duque de Veraguas, gobernador y capitán general del Reino de Galicia.
El barco fue localizado en las afueras de la ría, traía ochenta personas heridas y presentaba graves dificultades para proseguir su navegación. «Desde allí envió recado al gobernador de Vigo, por los embarcaciones que pudiese para remolcar al galeón que hoy por la mañana, ayudado también con tiempo favorable ha entrado en esta ría», se decía en La Gazeta.
Maestro Soroa
La aventura del galeón Santiago, que había sido construido en el País Vasco por el maestro fabricador de galeones Ignacio de Soroa, está incluida en el compendio de los milagros de Nuestra Señora del Pilar de Zaragoza. Posteriormente, el rey, o mejor dicho, la regenta Mariana de Austria, mandó escribir al cabildo de la iglesia Metropolitana de Zaragoza para que se cantase un Te Deum en agradecimiento por el favor obtenido.
La flota de Flandes permaneció en la ría varios meses mientras se recuperaba de los destrozos y a la espera de nuevas instrucciones.
eran otros tiempos enero 1679