Una nómina falsa para un iPad

e.v.pita VIGO / LA VOZ

VIGO

Una acusada se enfrenta a 3 años de prisión por engañar a una tienda y un banco para financiar su tableta a plazos

18 ene 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

La Fiscalía pide 3 años de cárcel para una vecina de Vigo que está acusada de presentar una nómina falsa en una tienda de electrónica para comprar una tableta iPad a plazos. Para ello, supuestamente, usó el sello de un restaurante para hacerse pasar por camarera del mismo. Como la primera vez logró la financiación, volvió a los pocos días a comprar una cámara digital pero los encargados, avisados por el banco, la entretuvieron hasta que llegó la policía.

El juicio se iba a celebrar ayer en el juzgado de lo Penal número 2 de Vigo pero parte de la documentación no llegó a tiempo, por lo que la jueza suspendió la vista hasta el 22 de febrero a las 9.30 horas. La Fiscalía le acusa de una estafa continuada con una falsificación de documento como medio necesario para perpetrar el delito. Le reprochan que sea reincidente por otras estafas y pide que sea multada con 3.650 euros.

Los hechos se remontan a enero del 2011 cuando la acusada, M.A.V.P., se presentó en una tienda de productos electrónicos de Vigo para interesarse en la compra de una tableta electrónica iPad y un ordenador, valorados en un total de 1.240 euros. Esta, presuntamente, pidió la financiación a plazos de los productos y presentó como aval y prueba de su solvencia una nómina que probaba que tenía ingresos regulares como empleada de un bar.

La Fiscalía asegura que ese documento es falso porque la acusada, previamente, se habría quedado con un sello de dicho establecimiento y lo habría usado para estamparlo en la falsa nómina y darle apariencia de auténtico. Tras examinar los documentos, el banco concedió una preaceptación y la tienda le vendió los productos.

Pasados unos días, la mujer volvió para comprar otro ordenador y una cámara valorados en un importe similar. Los encargados le pidieron que cubriese unos impresos, lo que hizo esta confiada. Cual sería su sorpresa cuando, minutos después, entraron varios agentes y la arrestaron. En el bolso llevaba 600 euros que le fueron decomisados como fianza para resarcir a los perjudicados.

El engaño había sido descubierto unos días antes porque el banco hizo comprobaciones rutinarias, llamó al restaurante para preguntar por ella y allí nadie la conocía. La financiera rechazó la compra y los dueños de la tienda dieron por perdido su dinero hasta que la clienta volvió.