El Concello asume las reivindicaciones de las trabajadoras para impulsar un frente común con la Xunta
22 dic 2012 . Actualizado a las 23:05 h.Vilagarcía no pondrá facilidad alguna a Garavilla para que consume el cierre anunciado de la histórica factoría de Conservas Cuca en Vilaxoán. Una reunión a tres bandas, en la que ayer intervinieron el alcalde de la ciudad, Tomás Fole, el secretario xeral de la Consellería de Mar e Medio Ambiente, Juan Carlos Maneiro Cadillo, los dirigentes de Comisiones Obreras y un grupo de trabajadoras de la planta, sirvió para alumbrar el nacimiento de un frente común de presión contra los planes que maneja el grupo vasco.
La firmeza con la que el gobierno local asume las reivindicaciones de la plantilla se produce después de dos entrevistas. Fole recibió en primer lugar a dos responsables de Garavilla. Días después se reunió con la parte social del conflicto. Y del contraste entre las dos versiones surge la impresión de que, de alguna forma, el grupo conservero no trasladó al alcalde toda la verdad sobre la situación de la empresa. «Nos dijeron que el traslado estaba pactado, que sería tranquilo y sin problemas», aclaró el regidor, quien trata de movilizar a la Consellería do Mar y a la de Industria para que estudien a fondo qué ayudas económicas ha percibido la empresa, a qué le obligan exactamente dichas subvenciones y, en definitiva, a presionar para que la factoría de Vilaxoán no se cierre. En ello está.
«Como alcalde y como Concello no podemos estar pasivos; tenemos que abanderar este planteamiento»
Tomás Fole
Todos vamos en el mismo barco y en la misma dirección, que no se destruya más empleo»
Francisco Vilar
«Garavilla tomó su decisión en un año, no puede forzar a las trabajadoras a hacer lo mismo en 15 días»
Juan Bao