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Chapapote bajo la alfombra

Antón Lois AMIGOS DA TERRA VIGO@TIERRA.ORG

VIGO

EUROPA PRESS

Han pasado 43 años desde que el petrolero «Polycommander» embarrancó en la ría y vertió 15.000 toneladas de fuel que siguen enterradas en las playas

19 may 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

chequeo al medio ambiente LA MAREA NEGRA del «polycomander»

Parece que fue ayer, pero ya pasaron 43 años desde aquella noche en la que casi todo Vigo subía al castro, a la Guía o se acercaba a Samil para contemplar el espectáculo impresionante y terrible del mar en llamas frente a las Cíes.

El petrolero Polycommander salía de Vigo la madrugada del 5 de mayo y embarrancaba frente a la playa de Figueiras. Dos de sus tanques se rompían y a consecuencia de los chispazos de la salida de gases de un pesquero que faenaba en la zona el petróleo comenzó a arder.

Fueron dos días de incendio y simultáneamente toda la ría de Vigo y el conjunto de la costa hasta el norte de Portugal recibían la marea negra; muchos hilillos se juntaron en esas semanas. Además de lo que se pudo retirar en tierra, el protocolo de actuación consistió en trasvasar el fuel a otros petroleros y atacar las manchas en el mar, aviación norteamericana por medio, arrojando enormes cantidades de dispersantes químicos. Esos dispersantes, más tóxicos que el propio petróleo, alteraban la estructura del fuel, lo fragmentaban y hacían que se hundiera. Se trataba de enviar la contaminación al fondo, donde no se veía pero se hacía incontrolable e irrecuperable. Solo dos años después se prohibía el uso de aquella generación de dispersantes por su altísima toxicidad.

Aún faltaban algunos años para que nacieran los primeros colectivos ecologistas en Galicia, por lo que pocas voces alertaron sobre la catástrofe ecológica y sus consecuencias y estando al mando del operativo la armada y con Franco aún firmando sentencias de muerte no estaba el patio como para protestar. Ni existían los centros de recuperación de fauna silvestre, por lo que las aves petroleadas, seguramente miles porque comenzaba la época de cría, perecieron tras una larga agonía y abandonadas a su suerte.

Más de cuatro décadas después resulta arriesgado valorar qué parte de sus efectos sobre el medio pueden seguir presentes, porque llovía sobre mojado. El Polycommander fue el más conocido de los accidentes en la ría de Vigo, pero no era el primer caso. En enero de 1957 el petrolero francés Janina sufría un incendio por causas desconocidas y vertía frente a Vigo 10.000 toneladas de fuel oil ligero. Unos años más tarde, en 1965 el buque tanque griego Yanxilas vertía otras 16.000 toneladas a la ría y solo dos años más tarde, en noviembre de 1968 otro petrolero griego, el Spyros Lemnos se partía en dos a 14 millas frente a Vigo y nos dejaba parte de sus 16.000 toneladas de crudo. Sumando las 15.000 del Polycommander sale una cifra escalofriante: en 13 años las costas viguesas soportaron más de 57.000 toneladas de vertidos de petróleo, o unos 62 millones de litros.

Algunas especies de bivalvos desaparecieron de amplias zonas de Baiona y Nigrán y nunca se recuperaron. Los compuestos químicos de síntesis que incorporaban los aditivos del petróleo Arabian Light del Polycommander, junto a los bencenos y toluenos de los dispersantes se precipitaron al fondo y allí siguen, inertes bajo capas de sedimentos pero listos para activarse, por ejemplo, cuando a un alcalde o presidente del puerto se les ocurre la gracia de dragar para regenerar una playa o hacer rellenos.

Tampoco conocemos los efectos sobre las colonias de aves marinas, pero posiblemente esos vertidos tuvieran incidencia determinante en la regresión del arao o de los paíños. Y finalmente un misterio por resolver, aprovechando los interesantísimos proyectos de investigación que se desarrollan en el Parque Nacional y que tantas sorprendentes y agradables noticias nos proporcionan: ¿Sabemos cuantas toneladas de fuel y arenas contaminadas del Polycommander se enterraron en las Cíes? ¿Sabemos cuantas siguen todavía allí? ¿Sabemos exactamente donde? Sería interesante despejar estas incógnitas, no sea que el entorno de la mejor playa del mundo tenga algo desagradable escondido bajo la alfombra.

Es escalofriante que en 13 años, las costas viguesas soportasen 57.000 toneladas de fuel